jueves, 24 de marzo de 2016

TRABAJOS GRADOS DIEZ

TRABAJO No. 1  CONSTRUYA UNA LINEA DE TIEMPO  DONDE MUESTRE LA SITUACION DE EUROPA EN LOS AÑOS 1800  a 1850 1860 a 1900 – o sea  identifique cada uno de los hechos que tú crees contribuyeron al origen de la gran guerra.  En esa misma línea sitúe hechos históricos que se desarrollaron en Colombia  durante los años 1850-1900 y que de una u otra forma  se relacionaron con estos acontecimientos de la vida en europea.
NOTA: ESTE TRABAJO LO ENTREGAN EN FISICO EL 15 DE ABRIL. QUIEN LO RECOJERA SERA LA ESTUDIANTE ANGY PAOLA HOYOS Y EL ESTUDIANTE JORGE RENDON.
DEBEN TENER LOS BORRADORES DE ESTE TRABAJO POR LA SUSTENTACION UD. SABE QUE CADA TRABAJO ES SUSTENTADO

1. Los Antecedentes 1890-1914

El período que antecedió a la Gran Guerra, la conocida como “Belle Epoque”, se caracterizó en el terreno internacional por una creciente tensión entre las grandes
potencias. La globalización económica y al auge del colonialismo incrementaron las rivalidades. En ese contexto, una serie de crisis internacionales fueron conformando dos alianzas enfrentadas. El asesinato del Archiduque austriaco Francisco Fernando en Sarajevo en junio de 1914 fue el incidente que desencadenó la primera guerra mundial.
La nueva política exterior alemana, la Weltpolitik, no explica por sí sola el proceso que llevó a la Gran Guerra. Para comprender este camino es necesario que reparemos en otras transformaciones de fondo que van alterar de manera decisiva el mundo que transitaba del siglo XIX al XX.
1.1. Las transformaciones del cambio de siglo y los conflictos entre las potencias.
 
El primer cambio tiene lugar en el contexto de la globalización que estaba viviendo la economía mundial. El ascenso de Estados Unidos y Japón, significó el paso de un concierto europeo a un concierto mundial de potencias. Dos guerras en el tránsito de siglo ejemplifican esta transformación: la guerra hispano-norteamericana de 1898 y la guerra ruso-japonesa de 1905.
El segundo cambio vino propiciado por las transformaciones tecnológicas de la segunda revolución industrial. El dominio de las nuevas tecnologías e industrias provocó una nueva correlación de fuerzas entre las potencias. La cada vez más poderosa Alemania comenzó a desafiar la hegemonía británica. Este desafío se concretó en dos terrenos: la creciente competencia de la economía germana y el acelerado rearmen naval alemán.
La tercera transformación la encontramos en la expansión colonial europea de fines del siglo XIX. La extensión de los imperios coloniales exacerbó la pugna por territorios y mercados entre las potencias industriales europeas. La competencia no solo se dio por razones económicas. A menudo cuestiones políticas, geoestratégicas o de prestigio estuvieron detrás de los conflictos coloniales.
La expansión colonial tuvo importantes consecuencias:
Los roces y conflictos entre las potencias tuvieron lugar en un marco geográfico mucho mayor, pudiendo tener lugar en cualquier sitio del mundo.
La tendencia de los imperios a crear economías cerradas imperiales propició una feroz lucha por territorios. Posteriormente, cuando el reparto colonial hubo concluido, las potencias se lanzaron a una guerra de aranceles. El proteccionismo comercial fue otro elemento que enrareció las relaciones internacionales.
En este contexto, las rivalidades territoriales entre las potencias europeas se agudizaron. Estos dos conflictos estuvieron en el origen de la primera guerra mundial:
·         Rivalidad franco-germana, ineludible desde la anexión de Alsacia-Lorena por Alemania en 1870.
·         La rivalidad entre Rusia y Austria-Hungría por la hegemonía en los Balcanes aumentó por la creciente debilidad turca y el nacionalismo eslavo alentado por Rusia y dirigido contra los Habsburgo de Viena.
Un último elemento que no debemos olvidar es la rivalidad psicológica entre los pueblos. El nacionalismo fue sistemáticamente alentado por la prensa y por las campañas de militares y grandes industriales y aceptado de forma entusiasta por partes significativas de los pueblos. Los casos más evidentes se dieron en Francia, Alemania y Gran Bretaña. El odio al vecino fue más la norma que la excepción.








  TRABAJO  No. 2
1-CON BASE EN LA  CONTITUCION POLITICA IDENTIFIQUE Y EXPLIQUE CADA UNO DE LOS MECANISMOS DE PARTICIPACION CIUDADANA,  DANDO SU RESPECTIVA EXPLICACION   DE CADA UNO Y UN EJEMPLO DONDE SE PUEDA APLICAR CADA MECANISMO
2-QUE ES LA DEMOCRACIA Y DONDE SE ORIGINO (HAGA UN  BREVE RESUMEN)
3-COLOMBIA ES UN PAIS DEMOCRATICO SI O NO PORQUE?
4-QUE ES PARTICIPACION, PORQUE ES IMPORTANTE LA PARTICIPACION CIUDADANA.
5-COMO PARTICIPA UD. EN LA CONSTRUCCION DE LA CIUDADANIA.
6- LEA SOBRE LAS 19 PREGUNTAS ACERCA DEL PLEBISCITO POR LA PAZ RELACIONE LAS  5 ANTERIORES PREGUNTAS CON ESTAS 19 PREGUNTAS Y DIGA CUAL ES LA RELACION, CUAL SU SIGNIFICADO, CUAL ES LA IMPORTANCIA PARA EL PAIS.
7-EN QUE CONSISTE ENTONCES EL PLEBISCITO POR LA PAZ ¿ -HAGA UN COMENTARIO PERSONAL.

NOTA.: ESTE  TRABAJO  DEBE ESTAR LISTO PARA SUSTENTAR  EL 22  DE ABRIL, DEBE  REALIZARSE  EN EL RESPECTIVO  CUADERNO  DE APUNTES.
19 preguntas claves para entender el plebiscito por la paz

El Ministerio del Interior presentó este lunes una explicación detallada de algunas inquietudes que pueden surgir con el plebiscito por la paz, aprobado en el Congreso de la República.
- ¿Es necesario refrendar los acuerdos de paz que realicen los gobiernos con los grupos armados al margen de la ley?
No. Sin embargo, la refrendación ciudadana es una promesa del presidente Juan Manuel Santos con el pueblo colombiano, para así garantizar que los ciudadanos seremos los que tendremos la última palabra de lo acordado entre los negociadores delegados por el Gobierno y por el grupo guerrillero. Este será, el primer proceso de negociación en la historia del país que se llevará a las urnas para que tenga la validación popular.
- ¿Por qué se escoge la figura del plebiscito para la refrendación de los acuerdos?
Porque el plebiscito es el mecanismo que la Constitución ordena para poner en consideración de los ciudadanos decisiones de carácter político, como en este caso la refrendación del acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
- ¿Qué pretende el proyecto de ley estatutaria del plebiscito para la paz?
Establecer las reglas que regirán el mecanismo de participación ciudadana para la refrendación del acuerdo final para la terminación del conflicto.
- ¿Cuántas preguntas tendría el plebiscito?
El plebiscito que refrenda los acuerdos de paz tendrá sólo una pregunta en torno a la política del Gobierno para la culminación del conflicto armado, con dos respuestas posibles: Sí o No.
Sin embargo, es importante aclarar que al menos con 30 días de anterioridad se deberá adelantar una campaña abierta de difusión masiva que de a conocer a todos los colombianos la totalidad del contenido del acuerdo final.
- ¿Quién redacta la pregunta del plebiscito por la paz?
El presidente, con la firma de sus ministros, mediante un decreto que expedirá en su debida oportunidad, señalará la fecha y el contenido de la pregunta del plebiscito por la paz.
- ¿Cómo se convocaría este plebiscito para refrendar los acuerdos?
El presidente de la República deberá informar al Congreso su intención de convocar a este plebiscito y la fecha en que se llevará a cabo la votación.
El Congreso tendrá un mes para pronunciarse sobre esta convocatoria. Si no lo hace, el presidente podrá convocar directamente al plebiscito en una fecha no superior a los 4 meses siguientes.
- ¿Para qué fecha el presidente convocará el plebiscito por la paz?
No existe una fecha dictaminada en el proyecto de ley, pero en todo caso la convocatoria será posterior a la firma del acuerdo final y máximo cuatro meses después que el presidente informe al Congreso la intención de convocarlo.
- ¿Cuántos votos serían necesarios para avalar los resultados del plebiscito?
Para que el resultado mayoritario sea válido, deberá tener, como mínimo, 4'396.625 votos por el Sí.
En caso de que el No supere el Sí o este último presente un resultado inferior a 4'396.625 se entenderá negada la refrendación de los acuerdos por parte de los colombianos.
- ¿Quiénes pueden votar el plebiscito?
Todos los ciudadanos en ejercicio inscritos en el censo electoral.
- ¿Quiénes componen el censo electoral?
Todas aquellas personas que hayan registrado su cédula para cualquier elección, quienes hayan expedido su cédula por primera vez hasta cuatro meses antes de la respectiva elección.
Se excluyen los miembros activos de las Fuerzas Militares, de los ciudadanos condenados a pena privativa de la libertad y pérdida de derechos políticos.
- Soy colombiano residente en el exterior, ¿puedo participar en el plebiscito?
Sí, para ello se habilitarán oportunamente los servicios electorales de los consulados.
- ¿Qué validez tendrán los resultados de este plebiscito?
Los resultados de la votación, que se acojan a las pautas del umbral de mayorías (4'396.625 votos, ya sea por el Sí o por el No) tendrán carácter vinculante para el desarrollo constitucional y legal de los acuerdos, respetando el marco jurídico y las competencias de cada institución que se vea comprometida en su implementación.
- ¿Qué garantías habrá para hacer campaña proselitista antes de la votación del plebiscito?
Por lo menos 30 días antes de que los colombianos vayan a las urnas para votar el plebiscito, el Gobierno deberá divulgar la totalidad de los acuerdos por todos los medios masivos de comunicación, incluyendo prensa escrita, radio nacional y comunitaria, canales de televisión pública y privada, páginas web y redes sociales virtuales, con el fin de que los colombianos conozcan el contenido de lo acordado y sus alcances, para tomar una decisión informada al momento de sufragar.
De la misma manera, los organismos del Estado y la Organización Electoral deberán disponer todas las condiciones que garanticen efectivamente el cumplimiento de los principios de la administración pública y la participación en condiciones de igualdad, equidad, proporcionalidad e imparcialidad, de la campaña por el Sí o por el No.
- ¿Desde cuándo se podrá hacer campaña por el plebiscito?
Desde la fecha en que el presidente convoque mediante decreto señalando cuándo se realizará la votación, hasta el día anterior a dicha jornada.
Se podrán desarrollar campañas por el Sí, por el No o por la abstención.
- ¿Quiénes pueden hacer campaña del Sí, el No y la abstención?
El Gobierno, los partidos y movimientos políticos y las organizaciones sociales que deseen hacer campaña a favor, en contra o por la abstención deberán notificar su intención ante el consejo Nacional Electoral en un término no superior a 15 días contados a partir de la fecha en que se publique el decreto de convocatoria del plebiscito.
- ¿Cuáles serán las garantías para el acceso a medios de comunicación de las campañas del Sí, el No y la abstención?
La organización electoral garantizará el cumplimiento de los principios de la administración pública y la participación en condiciones de igualdad, equidad, proporcionalidad e imparcialidad, de la campaña por el Sí o por el No, para lo cual regulará el acceso a los medios de comunicación y demás disposiciones necesarias.
- ¿Cómo se financiarán las campañas?
El Consejo Nacional Electoral fijará la suma máxima de dinero que se podrá destinar al desarrollo de una campaña por el Sí, por el No o por la abstención y la suma máxima de los aportes de cada ciudadano u organización, estableciendo condiciones de equidad y transparencia.
Las campañas podrán percibir ingresos por créditos, recaudos de recursos, contribuciones y donaciones que podrán provenir de personas naturales y jurídicas siempre que cada aporte, crédito, contribución o donación, no exceda el 10% de total autorizado por el Consejo Nacional Electoral para cada campaña.
- ¿Cómo podré conocer el contenido del acuerdo final?
La ley dispone que el Gobierno Nacional, con por lo menos 30 días de anticipación, publicará y divulgará todo el contenido del acuerdo final para lo cual utilizará los sitios web de las entidades públicas del Ejecutivo, las redes sociales de las entidades públicas de la rama ejecutiva, periodos de amplio tiraje nacional, servicios de radiodifusión sonora comercial nacional y comunitaria, canales de televisión pública y privada y mediante el portal urna de cristal.
- Vivo en el campo, ¿cómo puedo enterarme de los acuerdos?
El proyecto de ley estatutaria del plebiscito por la paz señala la obligación del Estado de adelantar la publicación y divulgación del contenido del acuerdo final a través de sus entidades descentralizadas y a través de los mecanismos anteriormente descritos.
El Gobierno nacional adelantará una campaña de divulgación masiva enfocada especialmente en las zonas rurales, para lo cual utilizará las emisoras comunitarias, medios de comunicación regional y todos los instrumentos para asegurar que todos los ciudadanos del campo puedan conocer los textos completos del acuerdo final.


 TRABAJO No. 3
DEBERAS  HACER UN ENSAYO QUE RECOJA LAS CARACTERISTICAS SOCIALES ECONOMICAS Y POLITICAS DE LA HISTORIA DE COLOMBIA EN ESTOS CINCUENTA AÑOS, DEBERAS ENVIARLO A MI CORREO marizancen22@gmail.com, debes identificar bien con subtitulo las características  sociales, aparte las económicas y aparte las políticas- es decir separadas por subtítulos y bien claras, como el tema es un poco largo  este ensayo debe contener unas tres páginas aprox.
Fecha límite de envío de 29 de abril a las 12M.

Colombia años 1800  a  1850.
La Lenta Ruptura con el Pasado Colonial (1810-1850)

El desarrollo económico de Colombia después de 1810 osciló entre dos modelos: el que luchaba por reconstruir los fundamentos coloniales de la economía nacional y el que aspiraba a una ruptura con múltiples trabas que se oponían al desarrollo moderno. El segundo, que habría de triunfar hacia 1850, oponía al proteccionismo el libre cambio, a la intervención del Estado en el ordenamiento de la economía la defensa de la empresa privada, y a los esfuerzos de industrialización y protección de los productos nacionales la teoría de que la agricultura y la minería para exportación deberían ser los ejes del desarrollo nacional.

Los años que siguieron a 1820 mostraron los esfuerzos por reorientar la economía hacia uno u otro modelo. Los gobiernos posteriores a 1830 lograron sostener el patrón de desarrollo sobre parámetros de origen colonial. Sin embargo, a partir del primer gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera (1845-1849) se dieron los primeros pasos tendientes a reorientar la economía colombiana sobre fundamentos liberales. Este movimiento tomó pleno vuelo durante la administración de José Hilario López (1849-1853), en medio de un conflicto social creciente, por la movilización liberal de los sectores populares y la insurrección conservadora de 1851.
LA POBLACIÓN
Hasta 1810 la población de la actual Colombia había sido estratificada por castas: negros, indios, libres de todos los colores y blancos. Entre los blancos y los mestizos, grupos dominantes de la sociedad colonial, existían matices que hacían muy difícil homogeneizar sus intereses. Sin embargo, el desarrollo político de finales del siglo XVIII los había llevado a establecer sistemas de alianzas, allí donde era más importante su unión en torno a la ideología de “lo criollo” que una tajante diferenciación de origen socioeconómico.
La independencia reforzó estos sentimientos de cohesión y una de las primeras decisiones del Estado republicano fue la supresión de las castas, quedando únicamente libres y esclavos como categorías sociales básicas. Además, ya entrado el siglo, hubo un mayor interés por conocer, no tanto los aspectos raciales de la sociedad, sino aquellos que tenían que ver con su edad, estado civil y ocupación. Hasta 1850, los negros esclavos fueron los únicos que continuaron siendo discriminados formalmente, aunque en la práctica los indios también lo fueron.

La población había venido creciendo durante los cien años anteriores a 1810 a tasas que no iban más allá del 1% para el territorio colombiano en su conjunto. No obstante, a comienzos del siglo XIX se hablaba de una superpoblación, y la miseria abrumadora creaba inquietud en los aparatos políticos del Estado. En la primera mitad del siglo XIX se realizaron cuatro censos generales, en 1825, 1835, 1843 y 1851, que muestran importantes cambios demográficos tanto en el plano de la distribución geográfica como en el volumen de la población (véase el cuadro 3.1).

CUADRO 3.1
EVOLUCION DE LA POBLACION COLOMBIANA
1778-1851

Porcentajes
Deptos.
1778
1825
1835
1843
1851
1778
1851
Boyacá
289.824
409.969
550.472
638.142
739.839
37%
35%
Cauca
116.651
149.778
210.359
268.607
323.574
15
15
Mag/lena
169.221
117.983
239.269
254.119
273.371
22
13
Cund/marca
211.287
391.444
570.759
651.714
768.847
27
37
Totales
786.983
1.129.174
1.570.859
1.812.582
2.105.622
100
100
FUENTES: El presente cuadro se ha levantado siguiendo la división territorial establecida por la Ley 25 de junio de 1824 que creó para la actual Colombia 4 departamentos y 15 provincias así: Depto. de Boyacá, constituido por las provincias de Tunja, Pamplona, Socorro y Casanare; Depto. del Cauca, por las provincias de Popayán, Pasto, Chocó y Buenaventura; Depto. del Magdalena, por las provincias de Cartagena, Santa Marta y Riohacha, y Depto. de Cundinamarca, por las provincias de Bogotá, Antioquia, Neiva y Mariquita. El censo de 1778 se hizo siguiendo un resumen general realizado por el autor, que corrige muchos errores sobre los datos hasta ahora conocidos. Para 1825, 35, 43 y 51, cf. A.H.N., Resúmenes Censos Población 1825, 35, 43, 51 y Miguel Urrutia y Mario Arrubla (eds.), Compendio de Estadísticas Históricas de Colombia, U. Nal., Bogotá, 1970, pp. 9-30. En términos de población, las guerras de Independencia (1810-1820) y de los Supremos (1839-42) no afectaron aparentemente la tendencia general del crecimiento demográfico. Los efectos de los conflictos armados deben buscarse, más bien, en las movilizaciones, reclutamientos y desarraigos que creaban en las localidades y regiones un gran desorden coyuntural, haciendo que la estructura de la distribución de la masa global de la población se viera afectada. Cuando los conflictos no eran generalizados, sus secuelas podían dispersarse a nivel nacional, pero el impacto local era significativo y se reflejaba en la merma de la población en la zona afectada, mientras que se recuperaba en otras regiones.

Las guerras, como fenómeno demográfico, no causaban solamente perjuicios físicos que dejaron un rastro de crímenes, vagancia, ruina y bandidaje. Muchas gentes huían y otras se escondían o migraban, contribuyendo a deformar los cálculos y a redistribuir los espacios habitados. En primer lugar, las levas arrancaban fuerza de trabajo de las zonas agrícolas y mineras, impidiendo el normal proceso productivo. Los reclutamientos forzosos llegaron a ser tan desastrosos e inútiles para la población que los peones, indios y aun esclavos terminaban por ocultarse cuando el rumor de que el censo o recuento estaba ligado a una posible movilización. A su vez, los ejércitos en campaña actuaban contra la población civil, que huía de sus centros de habitación e iba a buscar refugio a zonas de paz o de defensa. Los ciudadanos urbanos se marchaban a otros pueblos y los trabajadores rurales monte adentro, donde no fuera posible sufrir los efectos de la devastación. Son conocidos los desarraigos ocurridos en Cúcuta con motivo de la campaña de los españoles contra Bolívar, los atentados contra la población civil durante la reconquista (1815-16) y los ocultamientos de la gente, en 1843, cuando se levantó el censo de la Nueva Granada.

El segundo hecho notable del poblamiento en la primera mitad del siglo XIX fue el desplazamiento de los polos de desarrollo colonial hacia centros más dinámicos. Entre 1778, fecha en que se elaboró, por su cobertura, el censo de la población más importante del período colonial y 1851, la actual República de Colombia tuvo importantes cambios en sus jurisdicciones administrativas, que hacen difícil seguir con cuidado las modificaciones operadas en la estructura de la población. En términos generales, y a pesar de los conflictos, las cifras muestran una tendencia al crecimiento, que se explica no sólo por el mejoramiento de los sistemas de vida, sino por la incorporación de regiones antes aisladas y, obviamente, por los mecanismos de control y cuidado en la elaboración de los padrones.

De tales fenómenos podemos deducir que en las últimas décadas del siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX hubo cambios muy importantes en la distribución regional de la población. Tal como se observa en el cuadro 3.1, el departamento de Cundinamarca que, de acuerdo con la Ley 25 de 1824, agrupaba a las provincias de Bogotá, Neiva, Mariquita y Antioquia, pasó de 27 a 37% del total de la población colombiana, mientras que el del Magdalena, que cobijaba las provincias de Riohacha, Santa Marta y Cartagena, pasó de un 22 a un 13%. Los otros dos departamentos, Boyacá y Cauca, mantuvieron una proporción estable de la población. La región del Caribe fue la única que no pudo duplicar su población en el curso de 70 años, lo que supone un crecimiento anual inferior al 1%. En general, se observa un proceso de concentración de la población en las regiones centrales de Colombia y una estabilización en el suroccidente y el oriente del país. El fenómeno estuvo ligado a la función que estas regiones jugaron en la lucha política y militar y en la vida económica en los años posteriores a 1810.
LA AGRICULTURA
A fines del siglo XVIII la agricultura colombiana había vivido un período de auge y expansión, gracias al crecimiento de la demanda de los centros urbanos y mineros y de los mercados intercoloniales por la vía del contrabando. Sin embargo, la expansión de otras economías coloniales había generado competencias comerciales que hicieron entrar en contradicción los intereses de los empresarios agrícolas con las políticas del sistema colonial en su conjunto.

La ilusión de una independencia que habría de adecuar las quejas de estos empresarios a sus expectativas económicas fue un acicate que movilizó sus sentimientos de solidaridad con la causa republicana. Pero el proceso de independencia, que no pudo ser pacífico sino violento, dio al traste con muchos de los anhelos de los empresarios vinculados tanto a la agricultura y a la ganadería como a otras actividades de la economía neogranadina. La independencia, al convertirse en una guerra civil, luego en una guerra nacional contra la reconquista y, finalmente, en una guerra de liberación, arruinó vidas y bienes de importantes empresarios y sectores de la economía colonial durante los años que siguieron a 1810.

Después de 1819 comenzaron a hacerse esfuerzos de reconstrucción y conservación de las estructuras económicas vigentes, aunque las secuelas de la guerra impidieron que en la década del veinte hubiera una total readecuación de la economía. Fue sólo en la década del treinta cuando se reordenó la economía nacional y los viejos herederos del sistema de haciendas, propio del siglo XVIII, se lanzaron a una ofensiva de reconstrucción de los antiguos órdenes. Sin embargo, era muy difícil contener los avances dejados por veinte años de lucha, que habían logrado agrietar el orden colonial en el campo, crear nuevas relaciones de trabajo, buscar nuevas perspectivas de mercado y reorientar la economía agraria hacia aquellos productos que parecían ofrecer mejores perspectivas de desarrollo.
Hasta 1850 persistió el carácter desigual de nuestro desarrollo agrícola-ganadero, sin que los primeros intentos de desarrollo agrícola modernos hubieran podido romper la vigencia de formas de explotación profundamente enraizadas en las estructuras regionales de origen colonial. El tabaco, en el Tolima y el Valle, no fue capaz de sustituir la vieja hacienda colonial, que luchó por preservar su unidad, por modernizarse y por tecnificarse. Los sistemas de tenencia familiar se conservaron en muchas regiones de Colombia y más bien se consolidaron con las políticas agrarias posteriores a la Independencia. El esfuerzo por liberar mano de obra esclava e india condujo a la consolidación de pequeños tenedores, como proyección del espíritu de seguridad personal que había venido desarrollándose desde finales del siglo XVIII.

1. Destrucción de la hacienda por la guerra

La Independencia, que asumió un carácter de guerra civil en los primeros años de su declaratoria, desató entre la sociedad instintos de revancha, defensa y venganza. Para lograr sus objetivos, los sectores dirigentes no vacilaron en invitar a las castas a solidarizarse con su causa, sin prever que éstas podrían ejercer su propio derecho a la retaliación, movidas por un mayor resentimiento, al haber sido víctimas, durante siglos, de maltratos, opresiones e injusticias. Así, la guerra fue envolviendo en su loca carrera a cuanto hombre, mujer y niño fue encontrando a su paso, que se afiliaron a banderas reivindicatorias tachonadas de promesas de igualdad, justicia y libertad.

Los negros esclavos, los indios, los mestizos y los libertos marcharon con los ejércitos en contienda o recibieron el apoyo para que pudieran levantar las banderas de la rebelión y la resistencia armada. Atendieron las voces que los llamaban a castigar por sus propios medios a los enemigos de turno y cuando se lanzaron a defender las causas en contienda, su grito libertario expresó el afán de libertad absoluta y la necesidad de cobrar con violencia las deudas de la injusticia institucionalizada. Así surgió el deseo de robar lo que siempre había parecido un sueño poseer: unas vacas, unos animales de carga, unos bienes. Este fue el patrimonio de esos años. Al saqueo personal se unía el saqueo oficial, es decir, aquel que practicaban los ejércitos para beneficio de sus causas.

Como la guerra no se decidía en las ciudades sino en los campos, las haciendas se convirtieron en un factor muy importante para el abasto de alimentos, reclutas y semovientes. Fue igualmente el cuartel y la base de la intendencia militar. Así, pues, debemos decir que la economía rural, en sus haciendas, en sus grandes y medianas propiedades, sufrió políticas de secuestro total, embargo de bienes y saqueo de ejércitos y organizaciones paramilitares.

En efecto, uno de los mecanismos más comunes empleados durante la guerra de Independencia fue el secuestro ordenado contra los enemigos de turno, tanto en las guerras civiles como en la operación de reconquista. En la guerra civil entre Cartagena y Santa Marta, como aquélla entre Santa Fe y Tunja, antes de 1815, los ejércitos en contienda practicaban los secuestros de los bienes de los españoles o de quienes emigraban temerosos de las posibles represalias. Esta migración, como el abandono de importantes haciendas y empresas económicas, fue lo que obligó a los comisionados políticos del gobierno general de las provincias unidas a nombrar, en 1814, al coronel José Acevedo y Gómez como subpresidente y jefe superior político de la Villa de Zipaquirá y Nemocón para que regulara el abasto de los pueblos y mantuviera el orden político y económico, con el fin de lograr que los bienes de los enemigos estuvieran a buen recaudo1. Era evidente que la guerra había creado una especie de pánico que llevó a muchos individuos a vender ganados, esclavos y semovientes antes que fuera tarde. Una buena administración de estas unidades de producción aseguraba, por lo menos, el sustento de los ejércitos en campaña y servía de base a la intendencia militar.
CUADRO 3.2
HACIENDAS EMBARGADAS DURANTE LA RECONQUISTA
(1815-16)




CUADRO 3.2
HACIENDAS EMBARGADAS DURANTE LA RECONQUISTA
(1815-16)






Propietario 
Hacienda    
Jurisdicción
Año

José Nicolás de Rivas
La Chamicera
Santa Fe
1816

Domingo Bastidas
La Laguna
Usme
1816


Casablanca 
Usme
1816

Josef María López
Matarredonda 
Neiva
1816

Francisco López
Buenavista
Neiva 
1816

Emigdio José Troyano
Cayundá 
Anolaima
1816

Camilo Torres
Comerciante
Santa Fe
1816

Agustín del Valle
Comerciante 
Barranquilla
1816

Bartolomé Molinares
Comerciante
Barranquilla
1816

José G. Gómez
Cura  
Lorica
1815

José M. Torres
Cura
S. Nicolás
1815

Fco. de la Cruz González
Hda. Corito 
Serrezuela
1816

Mariano Grillo
Potr. Garzón
Serrezuela
1816

Antonio Rumbao
Minero
Zaragoza
1816
Gregorio San Germán
Minero
  
Zaragoza
1816

Diego Lobón
Minero
Zaragoza
1816






Propietario 
Hacienda    
Jurisdicción
Año

Manuel Cobo
Comerciante
Zaragoza
1816

Francisco Pradilla
Hda. La Peña
Suratá 
1816

Ignacio Amaya 
Hacendado
Fontibón   
1816

José Acevedo
Hacendado
Santa Fe
1816

José Madrid Domínguez R
Hacendado
Espinal
1816

Nicolás Manuel Tanco

Honda
1816

José María Castillo

Santa Fe
1816

Manuel García    

Santa Fe   
1816

Estanislao Gutiérrez  

Santa Fe
1816

Pantaleón Gutiérrez
Techo - La Herrera
Fontibón
1816
Serrezuela-Zanquino
Juan Agustín Torres
Hda. El Volcán
Faca-Anolaima
1816

Ignacio Días
H. Mana Blanca
Faca
1816

Luis Dionisio Caycedo
H. Saldaña y Contreras
La Mesa
1816

José Sta. María
Hacienda 
Fontibón
1816

Pedro Groot
Bermeo
Santa Fe
1816

Mariano Grillo
Potr. Garzón
Santa Fe  
1816

Francisco Díaz
Las Monjas
Santa Fe
1816

Pedro Felipe Valencia

Santa Fe
1816

Francisco García Hevia
Casas
Pamplona
1816

Joaquín Sarmiento
Cura (Hdas.)
Socorro 
1816

Jorge Tadeo Lozano
Chinauta (Hda.)
Tibacuy
1816

Jorge Tadeo Lozano
S. Fortunato (Hda.) 
Soacha
1816

FUENTE: A.H.N. (Bogotá), Secuestros.
Sería interminable el volumen de testimonios sobre extracción de ganados, esclavos, alimentos y, en fin, cuanto pudiera ser utilizado por militares, saqueadores y herederos, dispuestos a sobrevivir con cuanto pudieran subrepticiamente vender. La guerra no sólo se limitó al saqueo de los factores productivos, sino que también preservó y acrecentó los bienes de quienes fueron fieles a la causa.
Cuando Pablo Morillo invadió la Nueva Granada recibió múltiples quejas de muchos españoles que habían sido perseguidos por los patriotas antes de 1816. Sus bienes, secuestrados por los gobiernos de la primera república (1810-1815), se les deberían restituir. Como recompensa a sus sacrificios, Morillo dispuso que las tierras, bienes y haciendas de los criollos derrotados les fueran entregadas para paliar sus dificultades económicas (véase el cuadro 3.2). Otros españoles o criollos que permanecieron neutrales durante los años de independencia, cuando notaron que las tropas del rey avanzaban por los diferentes costados de nuestras cordilleras, procedieron a entregar víveres y alimentos, contribuyendo a solidificar la intendencia de los invasores, quienes luego les premiaron sus servicios al rey. Los secuestros de bienes no fueron patrimonio de la reconquista sino de la primera y aún de la segunda república, ya que después de 1819 muchos españoles y defensores de la causa real perdieron todo su patrimonio, a más de que muchos de ellos, en la huida, fueron perseguidos por ciudadanos corrientes que hacían cacerías de españoles para fusilarlos después del triunfo de agosto de 1819. En 1819, muchas de las haciendas de los españoles regresaron a manos de los patriotas, cerrándose el ciclo de revanchas políticas que afectaron a un gran número de propietarios. La destrucción de las haciendas conllevó una ruptura del sistema de créditos y abastos y de los circuitos comerciales que tuvieron que buscar nuevas fuentes de vida.

2. La hacienda colonial en la primera mitad del siglo XIX

Es indudable que muchas haciendas entraron en decadencia, ya sea porque sus dueños tuvieron que dejar definitivamente el país o porque estaban ubicadas en aquellas regiones donde la guerra fue permanente. Otras lograron defenderse del conflicto o lo superaron manteniendo su vocación productiva hasta bien avanzado el siglo XIX. Así, algunas de las viejas familias coloniales se proyectaron sobre el siglo XIX como legítimos herederos de viejos sistemas de organización económica, mientras que otras tierras fueron adquiridas por modernos comerciantes deseosos de convertirlas en renovadas unidades de producción. Paralelamente, el Estado promovió la ocupación de tierras nuevas, aprovechando tierras públicas inexplotadas, medida que de todas formas pretendía resolver en forma marginal la demanda de los nuevos sectores de trabajadores liberados por la guerra.

Un caso que nos ayuda a ilustrar los esfuerzos de conservación, reordenación y readaptación de la hacienda colonial en la primera mitad del siglo XIX lo presenta la hacienda de Coconuco, que durante el siglo XVIII fue propiedad de la Compañía de Jesús y, después de 1767, pasó a manos de dos de las familias más ilustres de Popayán, los Arboleda y los Mosquera. Coconuco logró proyectarse hasta el siglo XX como una importante hacienda que fue capaz de adaptarse a las vicisitudes de los tiempos de agitación social y política que siguieron a 18202.

Como en otras haciendas de origen colonial, se introdujeron algunos cambios importantes en la producción y en los sistemas de trabajo. De un lado, el general Tomás Cipriano de Mosquera mostró un gran interés por la adquisición de semillas especializadas, tanto de trigo como de maíz. En sus instrucciones de 1842 decía: “Voy a remitir de Chile una cantidad de trigo para semilla siempre que calcule que puede estar en un potrero en Popayán y al efecto debe tenerse preparado un buen terreno. Si no llegare debe aprovecharse con otros trigos de los mejores de la hacienda”. La instrucción dada en 1842 por Mosquera refleja una gran preocupación por la organización productiva de la hacienda, no sólo en el aspecto de la agricultura sino de los ganados, especialmente en la preservación de las ovejas merinas y bogotanas.

Al mismo tiempo surgía también el problema de las relaciones con los indios y los esclavos convertidos ahora en terrajeros o peones. Se advertía que “los negros de Coconuco quizás será conveniente cambiarlos por otros dejando solamente a Miguel por viejo”. Igualmente se pedía que “los manumitidos que se quieran contratar los contratará particularmente en las minas y les dará algún aliciente por tener peones de mina en cambio de los esclavos cuando falten y de modo que queden utilidades”. Mientras Mosquera pensaba en la transición del esclavo al liberto, instruía con precisión a su administrador sobre las formas de pago dentro de la hacienda y sobre la política general que debería primar en la entrega de tierras en arrendamiento. Sobre los indios, a más de pedir que se les cancelaran las cuentas, establecía que: “Hay que cargar a los indios el arrendamiento de las tierras conforme al cobro, a saber: Por cada res dos reales al año. Por cada oveja un real y tres pesos por la casa y sementeras. A aquellos más pobres que siembran, peso menos.” Es decir, que los terrajes no sólo dependían del área cultivada por los indios sino del número de ganados que tuvieran en ellas. Aunque no conocemos detalles de esta relación contractual con los indígenas de la hacienda, es posible que muchas de las normas establecidas en los arrendamientos de los esclavos estuvieran también en vigencia para los indios. Lo cierto del caso es que era tradición de la hacienda, según se constata en la instrucción de Mosquera, en 1823, dar a los esclavos el día sábado “para que con él trabajen para vestirse y también el primer viernes cuando no haya ración de carne”. Esta costumbre de dejar los sábados y domingos a los esclavos era una tradición del siglo XVIII y fue común en las haciendas de los jesuitas. Con ello los esclavos generaban sus propios alientos y, de paso, contribuían a que el hacendado pudiera disminuir los costos de manutención. Dicha actitud, por tanto, no provenía sólo de la presión que la Iglesia podía ejercer sobre los amos para que sus esclavos santificaran domingos y días festivos, sino que respondía a fines propiamente económicos.
Frente a la irremediable liberación de los esclavos, las disposiciones que restringían las áreas de cultivo y los productos que se permitía cosechar fueron delimitados así por el mismo Mosquera en 1842: “Ningún esclavo puede sembrar trigo, ni hacer rocería en los montes de la hacienda que son todos los de Hispala, los del Rincón de Sachaquio, San Andrés y los montes de enfrente de la casa hasta el Sachaquio y los rastrojos del Vinagre y en el potrero de Usiquitra entre el Vinagre y Cauca y los rastrojos de Chiliglo, y la Agua Tibia y San Bartolo. Los esclavos deben solamente sembrar en Cauca desde el puente para arriba hasta los límites con los indios y luego desde el Tablo hasta la orilla del Cauca donde está la cerradura del potrero.” No había permiso para criar sino cinco cabezas de ganado por familia y estaba prohibido efectuar operaciones de compraventa sin conocimiento del administrador. ¿Cuáles eran las razones por las que los hacendados restringían la producción de alimentos básicos producidos por la hacienda? Parece ser que, en primer lugar, todos los arrendatarios debían producir alimentos complementarios al consumo interno de la hacienda y a los mercados locales para evitar fenómenos de competencia por parte de indios y negros. La hacienda imponía una especie de división forzosa del trabajo al obligar a los arrendatarios sembrar alimentos que a la hacienda no le interesaba producir. Por ejemplo, la hacienda restringía la producción de maíz y papa. Del maíz se podía cultivar sólo el indispensable para las raciones y para los animales y, de las papas, sólo las que a las criadas de la casa les fuera posible cosechar.
Aunque representativo de los intentos por adaptar la estructura de la hacienda colonial a las nuevas condiciones creadas por la independencia, el caso de Coconuco no fue ciertamente único. En el Tolima, la familia Barrios logró mantener la unidad de su hacienda San Juan de la Vega incorporando nuevos pastos y técnicas y luchando por definir los linderos3.
Aunque representativo de los intentos por adaptar la estructura de la hacienda colonial a las nuevas condiciones creadas por la independencia, el caso de Coconuco no fue ciertamente único. En el Tolima, la familia Barrios logró mantener la unidad de su hacienda San Juan de la Vega incorporando nuevos pastos y técnicas y luchando por definir los linderos3. En algunas haciendas del Valle del Cauca ocurrió un proceso similar, aunque las grandes propiedades sufrieron un proceso de fragmentación generado por la herencia y por la necesidad de recursos líquidos de los hacendados, en medio de una economía en estancamiento y de la competencia creciente de propiedades medianas
4.

En otros casos, la transición al régimen republicano fue mucho más traumática. La historia de las haciendas de Santa Rosa del Arenal, San Bartolomé de Honda y Barrancas, en Mompox, que también fueron de la Compañía de Jesús y luego de la familia Mier y sus herederos, ilustran tal proceso. Tal vez el golpe más rudo sufrido por estas haciendas fue la actitud hostil de los esclavos después de la independencia. Como cerca de la mitad del valor de propiedades de este tipo estaba representado por esclavos, su rebelión constituía una pérdida irreparable. Los acreedores, preocupados por su decadencia, concurrían entonces a rematar lo que aún podían salvar de sus capitales5.

El último fenómeno fue mucho más común, ya que no se restringió únicamente a las haciendas esclavistas en decadencia. En efecto, había sido costumbre en la Colonia imponer capitales a censo sobre bienes rurales o urbanos. Esta imposición era de diferente naturaleza. Las grandes haciendas lo hicieron apelando a la fundación de obras pías o capellanías, reconociendo la renta del capital donado para tal fin. Otras propiedades medianas y pequeñas adquirieron capitales a censo (hipotecas) de la Iglesia, que garantizaron con sus propias tierras. En una economía en estancamiento y sujeta a periódicos conflictos armados, porciones crecientes de los productos líquidos de las haciendas debieron destinarse a dichos pagos. Muchos deudores tuvieron que entregar sus bienes a los prestamistas por la imposibilidad de atender las deudas correspondientes. La ruina condujo a los prestamistas a solicitar remates que acabaron por sumir en profundas crisis a muchas haciendas.

Irónicamente, la ruina de tales unidades les abrió perspectivas de inversión a aquellos empresarios que buscaban orientar la explotación del suelo hacia nuevos horizontes económicos. Sin embargo, sólo fue después de mitad de siglo cuando los nuevos artículos de exportación y la producción de ganado, azúcar y otros alimentos para el mercado interno les crearon a estos empresarios una serie de oportunidades en escala apreciable. Hasta mediados del siglo, las posibilidades fueron muy escasas. Algunas haciendas de la región de Ambalema pudieron entrar en el negocio del tabaco, apoyados en los primeros ensayos de exportación y en la desorganización del monopolio estatal. Al mismo tiempo algunos comerciantes, enriquecidos por la explotación de los nuevos circuitos comerciales abiertos con las colonias inglesas en las Antillas, pudieron tener acceso a algunas propiedades territoriales. Pero éstos fueron procesos marginales que sólo incidieron en pequeños espacios de la economía nacional.

Por consiguiente, hasta las reformas de mediados del siglo las fuerzas empresariales de carácter privado, tanto nacionales como extranjeras, no lograron destruir los sistemas coloniales. La economía agraria del país siguió viviendo básicamente en función de sus mercados y productos tradicionales, como el trigo en Bogotá o la caña de azúcar en el Socorro y Guaduas6.

3. La frontera agraria

Desde la Colonia el Estado había entregado a grandes empresarios extensiones ilimitadas de tierras baldías para su uso y colonización. El Estado republicano continuó con esta práctica después de 1820, llevado por el criterio de que tal política abría las perspectivas de nuevos recursos económicos.

La novedad en la entrega de baldíos durante el período anterior a 1850 radica en el intento de integrar la política de adjudicación de tierras con la inmigración de extranjeros a Colombia, para generar nuevas posibilidades de desarrollo agrícola. La creación de la Compañía Nacional de Colonización de Colombia, entre otras, refleja hasta cierto punto los objetivos de quienes buscaron asociarse con empresas extranjeras con el propósito de desarrollar cultivos de demanda en Europa. Esta compañía dispuso de un capital de $400.000 y se proponía colonizar tierras baldías y adelantar con el gobierno y con los particulares toda clase de operaciones. Dentro de dichos contratos con el Estado, la compañía se posesionaría de 500.000 fanegadas de tierras baldías de buena fertilidad, para ofrecerlas a los extranjeros que desearan poblarlas7.

Esta compañía, como ocurrió con otras solicitudes para ocupar tierras en diferentes regiones del territorio nacional (véase el cuadro 3.3), no cumplieron lo convenido. Al igual que otras empresas que surgieron como producto de las expectativas de altas rentas y ganancias que podían ofrecer las inversiones en Colombia, no encontraron las condiciones para su consolidación. Será después de 1850 cuando los procesos de adjudicación de tierras baldías habrán de acentuarse en Colombia, pero como consecuencia de la expansión del comercio exterior, que aseguró mercados a algunos de los productos tropicales del país.

4. La manumisión

Los esclavos, que habían constituido la base del trabajo en las haciendas cañeras, cacaoteras y ganaderas de las llanuras ardientes de Colombia, y que habían sido importantes en el desarrollo de la minería y en casi todo tipo de actividad económica y en los servicios, se vieron envueltos en la guerra de Independencia por disposición de sus amos o por decisión personal. Los ejércitos americanos y españoles proclamaron su libertad, en un acto más político que humanitario, buscando con ello ganar una importante fuerza para su causa.

Una vez concluida la Independencia, el Congreso de Cúcuta (1821) dictó la ley de manumisión de esclavos o libertad de partos, por medio de la cual todo hijo de esclavo nacido a partir de la promulgación de la ley sería libre. Las reacciones de los amos no se hicieron esperar, pues los esclavos constituían buena parte de su riqueza. Protestando y, sobre todo, dirigiendo las juntas de manumisión, los dueños de esclavos entrabaron el proyecto de libertad, forzando al Estado a moderar su postura. Más aún, la legislación sobre libertad de vientres contradictoriamente restableció la esclavitud, pues con ella se reconoció el derecho de los amos sobre los esclavos que, a pesar de haber luchado por la independencia y asumido posturas libertarias, tuvieron que aceptar su viejo status o sufrir las consecuencias de su insubordinación. La ley reconoció así la propiedad que había cuestionado la guerra.

A partir de entonces, los esclavos podían ser libres por decisión de los amos, ya porque compraran su libertad, ya porque hubieran nacido después de 1821. Normalmente los amos habían practicado desde la colonia el sistema de manumitir esclavos por decisión personal, pero en escala reducida. En la colonia, por otra parte, los esclavos trabajaban en sus charcas o cascajeros de oro, con cuyos ingresos podían acumular el valor de su manumisión. Su uno supone un precio de $150 como valor medio de un esclavo a fines del siglo XVIII y principios del XIX, serían necesarios cinco años completos de concierto para poder pagar la manumisión. Una situación tal era casi imposible. Los esclavos en ocasiones se comprometían durante 10 o 15 años a servirles ilimitadamente a sus amos a cambio de su libertad, al término de dicho período o al morir el amo. En ocasiones los amos o sus herederos no aceptaban estas reglas de juego y entonces los esclavos los demandaban por incumplimiento. Si alguna vez en tales condiciones llegó a otorgarse la libertad, fue gracias a un hecho excepcional.

De todos modos los esclavos nacidos después de 1821 tuvieron que esperar 18 años para obtener la libertad. Los amos reclamaron el costo de la alimentación de tales libertos y debían recibir, en servicios, el pago parcial de sus gastos. Sin embargo, en 1839, cuando los esclavos que tenían edad de ser manumitidos creyeron que había llegado el momento de su liberación, se vieron frente a una gran guerra (1839-42) y a una nueva ley “de aprendizaje”, que en forma compulsiva los obligó a firmar un contrato de trabajo con sus amos por siete años más, es decir, hasta los 25 años, un mecanismo mediante el cual se disimuló la prolongación de la esclavitud.

La decisión general del Estado, antes de la ley de aprendizaje, limitaba la manumisión a la posibilidad de disponer de recursos monetarios recolectados por las juntas encargadas de realizarla. Por eso los esclavos manumitidos fueron tan pocos que se convirtieron, por su escasez, en un símbolo de las buenas intenciones de los padres de la patria. Muy pocos esclavos se manumitieron en los primeros años de la ley, aunque algunos liberales, como José Manuel Restrepo, hablaban de miles (más precisamente, 3.000 entre 1833 y 1845). Sin embargo, luego de las disposiciones de 1842-48, que significaron un retroceso en el proceso de manumisión, el gobierno restituyó las juntas y se encaminó a promover la liberación definitiva de los negros. Esta fue promulgada finalmente el 21 de mayo de 1851 y puesta en vigencia a partir del 1º de enero de 1852. Los esclavos serían avaluados y se pagaría a los amos con bonos de deuda pública. Es decir, los esclavistas evitaron una manumisión sin indemnización, y al final, en 1852, vendieron al Estado sus cuadrillas, ya envejecidas, y aun algunos libertos, cuyas edades fueron alteradas para tal propósito.

Algunas haciendas lograron retener como arrendatarios a sus antiguos esclavos y a sus hijos, consolidando así una tendencia que se venía vislumbrando desde hacía varias décadas, según lo ilustra, entre otras, la evolución de la hacienda Coconuco. En estos casos, sin embargo, las rentas que pudieron establecer los propietarios en las condiciones sociales creadas por la liberación fueron apenas una fracción de las que producían las haciendas en su época de auge, pero ahora sujetas, además, a la inestabilidad creada por las guerras y por la resistencia de los antiguos esclavos a pagarlas. Algunos negros buscaron establecerse sobre una base totalmente independiente en las zonas de frontera cercanas a los viejos núcleos esclavistas. Este proceso fue particularmente exitoso en las antiguas regiones mineras del Chocó y la Costa Pacífica, donde la minería esclavista, en decadencia definitiva, se vio sustituida por una minería independiente relativamente extensa, aunque con una producción mucho más modesta que la característica de esta región del país a comienzos del siglo XIX.

5. La disolución de los resguardos

Siguiendo la tradición colonial, algunas de las primeras medidas de la República estuvieron dirigidas a proteger a los indígenas. En 1820 se ordenó la restitución de las tierras que les habían usurpado y en 1821 se reafirmó la vieja prohibición de emplearlos sin pagarles un salario y se determinó que se conservaría el oficio de Protector de Naturales. Sin embargo, la misma ley que ordenó estas últimas medidas determinó que las tierras de resguardo se repartieran en pleno dominio y propiedad privada a los indígenas. El principio fue reafirmado en 1832, aunque se prohibió entonces la venta de las parcelas adjudicadas durante los diez años posteriores a la entrega. Tal prohibición fue prolongada a veinte años en 1843. El proceso alcanzó su clímax en 1850, cuando se autorizó a las Cámaras de Provincia para “arreglar la medida, repartimiento, adjudicación y libre enajenación de los Resguardos de indígenas, pudiendo, en consecuencia, autorizar a éstos para disponer de sus propiedades del mismo modo y por los propios títulos que los demás granadinos”. Haciendo uso de dicha autorización, las Cámaras adoptaron normas que tendían a la extinción de los resguardos.

Pese a las ideas liberales, que consideraban la existencia de la propiedad colectiva como contraria a la búsqueda del provecho individual y al beneficio de los propios indios, éstos se opusieron en muchos casos, al repartimiento de las tierras y, en regiones como el Cauca y Nariño, muchos resguardos han logrado sobrevivir hasta nuestros días. En la altiplanicie cundiboyacense el proceso de disolución se cumplió cabalmente pero, en contra de lo que se ha argumentado a menudo, no es probable que las tierras de los resguardos disueltos constituyeran una parte importante de la propiedad rural, ni que los indígenas involucrados fueran muchos.

Por otra parte, el efecto inmediato de la disolución de los resguardos no parece haber sido la generación de latifundios; en muchas regiones se desarrolló por el contrario un sistema de propiedad en el que predominaba el minifundio. Sin embargo, en algunos pocos casos se ha documentado la pérdida de propiedad de las tierras por parte de los indios y su conversión en arrendatarios de las haciendas vecinas. Algunos pueden haberse incorporado a las filas de los trabajadores asalariados rurales, aunque ciertamente no en cantidades significativas. LA MINERÍA La guerra de Independencia afectó la producción de oro, desarticulando toda la estructura económica, fiscal, social y monetaria que se erigía sobre el buen funcionamiento de las minas. La fuga de los esclavos o su incorporación a los ejércitos contribuyó al abandono de los centros mineros. Algunos empresarios se vieron precisados a vender sus cuadrillas y otros tuvieron que huir de los centros productivos, como consecuencia del sistema de venganza y retaliaciones prevalecientes en aquellos años. Todo ello generó una gran escasez de oro y una notable disminución en la actividad de las casas de moneda. Además, las expectativas de inestabilidad política hicieron que muchos mineros atesoraran el metal, agravando de hecho la escasez del circulante. Como resultado de tales fenómenos, los patriotas se vieron obligados a emitir monedas de cobre durante la guerra para tratar de subsanar la crisis.

La reorganización de la minería no fue una tarea fácil. De una parte, exigió una inversión considerable de capitales y, de otra, el uso de tecnologías que hicieran rentable su explotación, particularmente en el caso de las minas de veta. Sobre estas bases, Antioquia terminó desplazando al Pacífico como principal productor del metal. Además, la reactivación de la producción comprometió no sólo los esfuerzos de grandes empresas nacionales y extranjeras, sino también a medianos y pequeños productores, que esparcieron a lo largo de las nuevas fronteras agrarias, en las inmediaciones de los viejos centros mineros.

1. La gran minería

El efecto principal de las guerras de la Independencia fue el golpe propiciado a la minería esclavista del Chocó y el Pacífico, que todavía representaba a fines de la Colonia poco más del 60% de la producción de oro en el actual territorio colombiano. Aunque en estas regiones del país se desarrolló una pequeña producción independiente relativamente amplia, la gran minería desapareció por algún tiempo y sólo se recobró con la entrada de grandes empresas extranjeras y el dragado moderno en las últimas décadas del siglo XIX y comienzos del XX. Además, la producción del metal debió reducirse sustancialmente, en un 40% entre 1801-1810 y 1811-1820, de acuerdo tanto con los registros de las casas de moneda como de los estimativos de Vicente Restrepo. Aunque la producción nacional logró recuperarse parcialmente en las primeras décadas de la República, ello sólo fue posible gracias a un desplazamiento de los centros de producción del metal hacia el Tolima, el Cauca medio y, particularmente, Antioquia, aprovechando en este último caso el gran impulso que había tomado la explotación del metal desde el siglo anterior.
En las dos primeras regiones, los principales esfuerzos estuvieron a cargo de empresas extranjeras, que vieron en la minería de oro su principal oportunidad de inversión en la naciente república. Pese a los capitales invertidos y a las innovaciones técnicas, los esfuerzos iniciales de estas compañías no fueron exitosas.
En las dos primeras regiones, los principales esfuerzos estuvieron a cargo de empresas extranjeras, que vieron en la minería de oro su principal oportunidad de inversión en la naciente república. Pese a los capitales invertidos y a las innovaciones técnicas, los esfuerzos iniciales de estas compañías no fueron exitosas. En la región de Mariquita se repitieron los fracasos de Juan José D’Elhuyar en las últimas décadas del siglo XVIII (véase el capítulo anterior). En efecto, en 1824 el gobierno de Colombia arrendó las minas de Santa Ana y la Manta en esta región del país a la casa inglesa Herring, Graham y Powels, por cuenta de la Asociación Colombiana de Minas. Hasta 1836, la firma había invertido allí más de $1.100.000, sin éxito.

En 1825 la casa Goldschmidt tomó en arrendamiento varias minas de oro y plata en Marmato y Supía. El mismo año llegó al Cauca Medio Juan B. Boussingault, quien compró, por cuenta de la Asociación Colombiana de Minas, varias minas en Marmato, Supía y Quiebralomo. La innovación más importante de Bous-singault fue la instalación de un molino simple de pisones, fabricado casi en su totalidad con madera, que sustituyó los molinos primitivos hasta entonces para triturar las rocas. Además, introdujo definitivamente los molinos de arrastre para amalgamar los metales preciosos con mercurio, un proceso ampliamente conocido en Perú y México desde siglos anteriores, que permitió reducir las pérdidas en el procesamiento de un 80 a un 25%. Pese a tales avances los resultados económicos de esta compañía tampoco fueron satisfactorios.

A diferencia del patrón típico en el Tolima y en Cauca Medio, los esfuerzos más importantes de organización de una nueva minería empresarial en Antioquia corrieron por cuenta de capitalistas de la región que contaron, sin embargo, con la asesoría de algunos técnicos extranjeros. En efecto, en 1824 la mina del Zancudo fue adquirida por José María Restrepo. En 1836 y 1845 la mina empleaba 250 trabajadores y utilizaba ocho molinos de pisones. Hacia 1826, Francisco Montoya y otros capitalistas formaron la Sociedad de Minas de Antioquia para explotar tres minas de veta en Santa Rosa. Para su explotación contrataron a Tyrell Moore, quien trajo a Antioquia el molino de pisones que ya se venía utilizando en Marmato. En la misma región de Santa Rosa, Mariano Toro explotó entre 1836 y 1846 una de las minas más grandes de la región. Algunas de estas empresas, por diversas razones, debieron transferir a nuestros inversionistas las minas que, con innovaciones técnicas, propias de la segunda mitad del siglo XIX, volvieron a ser altamente rentables. Sin embargo, la información disponible nos muestra que en la década de los cuarenta se produjo una nueva racha de descubrimientos y registros que ampliaron las perspectivas de la minería, por lo menos en Antioquia. Si observamos los registros de minas, vemos que en el espacio de diez años (1841-50) fueron registradas 106 minas, la mayoría de ellas de aluvión. De las 106 minas, diez fueron registradas en Anorí, ocho en Remedios, seis en Cáceres, seis en San Andrés y seis en Cañasgordas. Es decir, en los cinco pueblos citados se registró la tercera parte de las nuevas minas. La dirección y el espacio de la frontera minera se desplazó así hacia las zonas bajas del Cauca y del nordeste antioqueño, en una especie de retorno a regiones que habían sido importantes en los siglos anteriores.

Junto al auge minero que vivió Antioquia desde los años veinte, surgió cierto interés del Estado por introducir reformas a las disposiciones vigentes sobre registro y explotación de minas. En tal dirección apuntaban los informes de la época de los cónsules de Río Negro, Antioquia, Nordeste y Medellín. Estos discutían básicamente la necesidad de clasificar las minas de aluvión, señalar sus límites y hacer claridad en torno al uso de las aguas por parte de los propietarios. También se planteaba la necesidad de definir en términos legales las consideraciones que podían colocar a una mina en estado de abandono por parte de un propietario o una sociedad.
Con respecto a la tipología de las minas, el concejo mu-nicipal del cantón del Nordeste encontraba útil dividir las minas altas de aluvión en aventadero, sobresabanas y criadero, mientras que clasificaba las minas de aluvión bajas en tongas y sacas.
Cada municipio hizo su propia tipología a la luz de sus experiencias y se regularon los criterios sobre límites y extensión.

En lo referente a la política de aguas, era necesaria una rápida legislación debido a los complejos problemas que había de por medio. Recordemos que durante la Colonia no hubo una legislación importante sobre aguas para la Nueva Granada, lo que forzó a los legisladores del siglo pasado a buscar algunos antecedentes legales en los acuerdos de minería que regían para la Nueva España con el fin de adecuarlos a la realidad granadina8.

Sobre los aspectos tendientes a dilucidar el abandono de una mina, los alegatos también proliferaron. El consejo de Nordeste consideraba, para que hubiera consenso de que una mina estaba abandonada, que debían tenerse presentes estas reglas: “1a. En las minas altas será necesario que el desamparo sea por lo menos de un período de dos a tres años. 2a. En las bajas el abandono debe ser igual o exceder del término de 6 a años9. A la vez se aclaraba si el abandono era voluntario o de fuerza mayor. El mismo consejo sostenía: “En todo caso, como algunas ocasiones cesan los trabajos en una mina por la escasez de recursos de su dueño, a pesar de su voluntad, debe quedarle entonces a éste el derecho de levantar una información que acredite que no la desampara porque la desecha sino porque le faltan medios para llevar adelante los trabajos, y que tan luego como se halle en posibilidad volverá a emprenderlos, lo que será bastante para ponerse a cubierto su derecho de un nuevo registrador”10. Finalmente, debemos anotar que la tendencia a una distribución de la propiedad minera entre grandes, medianos y pequeños tenedores, nos repite el esfuerzo realizado por los antioqueños de actuar sobre necesidades sociales más amplias de lo ocurrido en otras regiones. Con la excepción de José María Barrientos, que registró dos minas de Anorí y una entre Yarumal y Campamento, la del general Juan María Gómez y socios, dueños de tres minas en San Andrés, y la de don Juan José Mora Berrío, poseedor de tres minas en Yolombó, los demás mineros poseían una o dos minas máximo. Más del 25% de los propietarios conformaba, por lo demás, la base de una sociedad de frontera, de cuyas propias condiciones de vida aún sabemos poco. ¿Quiénes eran estos mineros? ¿Qué recursos de capital poseían? ¿Cómo se vinculaban a los mercados? ¿Qué los indujo a vincularse a la minería del oro? He aquí estos y otros interrogantes para la futura investigación histórica.

2. La pequeña minería

Hemos visto antes que el auge minero en Colombia no comprometió sólo a los grandes empresarios nacionales y extranjeros, sino que en torno a la expansión de la minería de aluvión se arremolinaron centenares de familias que trabajaban cascajeros y dependían de ingresos muy pequeños. Estos mineros, denominados mazamorreros a fines de la Colonia, crecieron con el siglo XVIII; con la libertad y manumisión de esclavos su número se acrecentó en las zonas mineras. Las dificultades de encontrar oportunidades diferentes hacían que el sector creciera junto a las grandes minas. Su producción fue muy importante en Antioquia, Tolima y Cauca, al igual que en el Chocó, pero es muy poco lo que aún conocemos sobre su actividad económica y social. Por un informe de 1832 sabemos que, al menos en el Cauca, no eran propietarios de suelos y su presencia era vista como factor de destrucción ecológica, constituyéndose de hecho en un problema social para la zona y para aquellos grandes señores cuyas minas limitaban con las de estos modestos trabajadores. Su actividad, descrita por un funcionario, muestra los grandes traumas que causaban en las regiones en su desorbitante esfuerzo por generar un ingreso: “Las dehesas más fecundas para siembras y ganados quedan convertidas en escombros y precipicios por todos lados. (...) Las aguas de fuentes y ríos como destinadas exclusivamente a las labores, se cargan de tanto quijo y arena, que se inutilizan a absolutamente para todos los usos más necesarios a la vida de los hombres y de sus rebaños principalmente en las estaciones secas. Por donde quieran que corran estos viles y mazamorras, se infecundizan los prados y bosques, en términos de no producir sino abrojos y malezas”11.
El informe antes citado trataba de probar la irracionalidad de la pequeña minería, defendiendo de paso las grandes explotaciones. La conclusión lógica era pedir al gobierno un reglamento que sirviera al gran empresario de código para sojuzgar a los precarios individuos movilizadores de la frontera del oro.
El informe antes citado trataba de probar la irracionalidad de la pequeña minería, defendiendo de paso las grandes explotaciones. La conclusión lógica era pedir al gobierno un reglamento que sirviera al gran empresario de código para sojuzgar a los precarios individuos movilizadores de la frontera del oro. La legislación debería buscar que “Todo minero esté obligado a pagar al propietario de tierras lo menos un dos por ciento de los oros que respectivamente extrajera por vía de indemnización.”

Proponía además que “Todo minero satisfaga inmediatamente y por separado los perjuicios y daños que ocasionare en cercos, labranzas y posesiones ajenas, por convenio o por sentencia.”

La evolución de la minería de oro en Mompox ilustra otro tipo de desarrollos, asociados al contrabando del metal. Aunque se trataba de un fenómeno corriente, en ésta como en otras regiones productoras se había agudizado bastante como consecuencia de las guerras de independencia y de la supresión de la casa de fundición en aquella ciudad. Entre 1801-05 el derecho de quintos produjo 18.126 castellanos dos tomines de oro (40.743 pesos 6 reales), tendencia que se mantuvo en los años siguientes, lo que indujo al gobernador de la provincia a manifestar hacia 1830 que el Estado había dejado de recibir en los últimos diez años más de $80.000. La ausencia de una casa de fundición y la ley de 1828 que ordenó fundir los oros en otras casas de fundición, puso a Mompox a depender de Medellín, donde se hallaba la casa más cercana.

Debido a las pocas relaciones comerciales existentes entre las provincias de Mompox y Antioquia, tal determinación estimuló el comercio ilegal de oro y mercancías en la primera de estas provincias. A lo anterior se unió la escasez de capital líquido entre la mayoría de los comerciantes de Mompox. El mismo gobernador observaba que todo ello se había traducido en desaliento para muchos empresarios y mineros de la región12. Como alternativa proponía la libre circulación del oro en polvo, al igual que su exportación en barras. La medida revitalizaría el comercio y haría bajar “el precio de los cambios” que afectaba fundamentalmente al consumidor de artículos extranjeros: “En una palabra, saldrá más oro de la tierra y vendría más plata del océano, dejando un cambio ventajoso a la balanza del país.” A pesar de que era imposible evitar el contrabando, por lo menos quedaba la posibilidad de recuperar la economía regional. Con esto ganaría el país, pues se estaban perdiendo no sólo los oros de Mompox, sino todo el que se producía en Simití y Cauca, que tampoco se enviaba a Medellín. LOS PROBLEMAS DEL COMERCIO
1. La visión de los consulados13
La reactivación de la economía y el comercio colombianos después de 1830 fue una de las preocupaciones del Estado y de los sectores que se habían visto comprometidos con la guerra. Interrogados sobre estos temas, los consulados del comercio de las más importantes ciudades colombianas expusieron sus ideas acerca de los principales problemas que afectaban la economía colombiana hacia 1830. A grandes rasgos proponían, como condiciones necesarias para superarlos:

1.    Consolidar la paz y la unión como condiciones mínimas para un progreso económico.

2.    Fomentar la agricultura, teniendo cuidado de estimular el auge de sectores que no estuvieran desarrollados en otras regiones, con lo cual se evitaría la competencia y la posible ruina de los nuevos empresarios.

3.    Impulsar el cultivo del tabaco como producto básico de exportación. Para lograrlo era necesario suprimir el estanco y permitir el libre cultivo.

4.    Estimular la agricultura de origen colonial como el cacao, el trigo y el algodón, que habían decaído como consecuencia de la competencia extranjera y como resultado de la ruptura de viejos circuitos comerciales.

5.    Crear condiciones socioeconómicas que permitieran a los colombianos recuperar el control de los mercados internos, que estaban siendo controlados por los extranjeros, lo que había creado una escasez de circulante monetario entre los comerciantes nacionales.

6.    Finalmente, impulsar las mejoras en las vías de comunicación, tan importantes para la disminución del costo final de las mercancías y los productos de todo género y para la ampliación del espacio mercantil. Entre estas mejoras figuraban no sólo los caminos interprovinciales, sino la navegación por el río Magdalena.

Todos los problemas expuestos por la clase comercial y empresarial de los años treinta indican con claridad el vértice de sus preocupaciones, ante un país compuesto por viejos y nuevos intereses. Al Estado le correspondería hacer un esfuerzo para satisfacer las demandas que en forma realista buscaban conciliar los variados intereses empresariales, sectoriales y regionales.
Durante estos años surge, si pudiéramos decirlo así, una protesta “nacionalista” que expresa un abierto rechazo al libre comercio, no sólo por las secuelas que dejaba sobre la economía sino por la dependencia que se estaba creando con respecto a los mercados extranjeros, con detrimento y ruina del empresariado nacional: “Un pueblo debe tener a la mira no depender de otro en lo que es indispensable para subsistir”, sentenciaba el comercio de Bogotá.

La queja se veía corroborada por hechos tan concretos como la competencia provocada por la introducción de harinas extranjeras, especialmente las provenientes de Estados Unidos, al igual que la competencia a la industria tabacalera, sustituida y castigada por los tabacos de Virginia. La destrucción de viejos mercados, como el de las harinas de trigo entre Ocaña y Mompox, y el del algodón de Girón, que se exportaba, eran atribuidos a concepciones librecambistas que habían permitido la irrupción de productos desde el extranjero, dando al traste con los mercados, redes y flujos antes citados. La disputa en torno a la comercialización del trigo estaba muy enraizada en la conciencia de los criollos, pues durante todo el siglo XVIII la lucha para evitar que se trajeran harinas inglesas había desatado polémicas sin fin. Ahora, en plena república, no eran los ingleses sino otras potencias. Se argumentaba que el trigo cultivado en Ocaña había sido reemplazado por el de Estados Unidos, que venía mezclado con “harinas de habas, garbanzos y otros granos”.

La preocupación fundamental que parece surgir de los informes era la de lograr una gran transformación y un fortalecimiento de la agricultura en las zonas tradicionales de producción mediante la habilitación de nuevas regiones, con el fin de desarrollar mercados de consumo interno más sólidos y crear excedentes susceptibles de ser exportados. El modelo buscaba “sustituir” importaciones agrícolas, abastecer los mercados nacionales y acceder luego al comercio internacional. Este era un viejo modelo colonial, que se oponía al del nuevo empresario interesado en buscar las ventajas del comercio internacional. He aquí dos modelos de desarrollo económico sobre los cuales debatían entre sí los empresarios e inversionistas. Pensar que las economías latinoamericanas de la primera mitad del siglo XIX no tenían opciones o modelos diferentes al que se impuso a mediados del siglo, basado en el librecambio, resulta erróneo, según se deduce de los informes de los cónsules de comercio.

2. Proteccionismo y librecambio

Acorde con los conceptos prevalecientes, las primeras décadas de la república fomentaron un proteccionismo moderado, reflejado ante todo en la defensa de algunos sectores agrícolas afectados por la competencia extranjera, pero también en la promoción de los primeros ensayos de industrialización.

La evolución de los aranceles no es fácil de seguir durante estos años debido a la complejidad de las normas correspondientes. Durante la mayor parte del período se conservó el sistema español de aforo por arancel. De acuerdo con este sistema, la ley determinaba una larga lista de precios oficiales de bienes de importación, sobre los cuales se cobraba una tasa determinada. Como no había ninguna intención de ajustar los valores oficiales a las fluctuaciones frecuentes de los precios de las mercancías, el sistema equivalía a un derecho específico de tantos centavos por vara de tela o por kilogramo de arroz. Por tal motivo, ya desde principios de la década del treinta habían comenzado a introducirse algunos derechos claramente específicos, y en 1844 se reemplazaron en su totalidad los gravámenes existentes por impuestos de esta naturaleza.

Para conocer con exactitud el efecto real de los gravámenes durante aquellos años, sería necesario disponer de una considerable cantidad de información sobre los precios de los bienes importados, de la cual carecemos enteramente. No obstante, algunos trabajos existentes permiten reconstruir parcialmente la evolución de los aranceles14. De acuerdo con dichos estudios, los gravámenes establecidos en 1821 fueron moderados (de un 20% en promedio sobre los valores oficiales), ciertamente inferiores a los que prevalecían a fines de la Colonia (35 a 40%). Sin embargo, como la mayoría de los gravámenes se cobraban antes en la metrópoli, el efecto fiscal de los derechos de importación estipulados por el Congreso de Cúcuta consistió en un aumento de los ingresos de la naciente república. Fuera de los derechos de importación propiamente dichos, se mantuvieron o crearon otros gravámenes que tenían la misma base. El más importante de ellos era la alcabala o impuesto a las ventas, pero también existían otros de menor cuantía (los derechos de consulado, tonelaje, lazareto y consulares, estos últimos diferentes a los primeros).

A partir de 1828 se inició un movimiento proteccionista que tuvo su momento culminante en 1833. Para ese entonces el gravamen conjunto de importación y alcabala más común para las telas se había elevado al 29% sobre los valores oficiales existentes, contra sólo 20% en 1821. Debido, sin embargo, al contrabando inducido por los elevados niveles arancelarios, desde fines de 1834 se redujeron de nuevo los gravámenes, hasta llegar a mediados del año siguiente a un 22%. A comienzos de la década del cuarenta se inició un nuevo proceso proteccionista. En 1842 se elevó en dos puntos el derecho de importación y en 1844 se emprendió una reforma mucho más radical del arancel. Aunque los gravámenes sobre las telas no parecen haber variado mucho, se elevaron considerablemente los derechos de importación de los bienes agrícolas. Tal reforma fue la culminación de la fase proteccionista, ya que los principios liberales se reflejaron en 1847 en una simplificación del régimen arancelario y en una reducción drástica de los gravámenes existentes. Los impuestos de importación a las telas ordinarias de algodón y lana, a los alimentos y al hierro se redujeron a la mitad o menos de los niveles anteriores. En el caso de las telas finas, la disminución fue algo menor (20 a 30%). Curiosamente, la reforma gravó las importaciones de herramientas, que hasta entonces habían permanecido libres de todo derecho.

La magnitud de los derechos arancelarios existentes hasta la reforma de 1847 no parece haber sido exagerada. El arancel ad valorem promedio (es decir, la relación entre los recaudos arancelarios y el valor de las importaciones) fue de un 22% durante la década del treinta y aumentó a 27% en la primera mitad de la década del cuarenta. De acuerdo con los conceptos prevalecientes, los gravámenes más elevados recaían sobre los alimentos importados. Hasta 1847 el azúcar fue de prohibida importación. En 1846, antes de las reformas liberales, el arroz pagaba el 173%, la harina el 63% y la manteca de cerdo el 70% de sus precios en puertos norteamericanos. En el caso de las telas ordinarias del algodón, los gravámenes oscilaban en torno a 80%, y en el de las telas finas de la misma fibra en torno a 40%; en ambos casos, sin embargo, los gravámenes típicos duplicaban los de fines de los años veinte ya que la baja en los precios internacionales de los textiles no había sido acompañada de una merma en los derechos correspondientes. Como puede apreciarse, para algunos bienes claves en las concepciones proteccionistas, los gravámenes eran elevados. Sin embargo, mucho más importante que el efecto de los aranceles era entonces la “protección natural” ofrecida por el atraso en el sistema de transportes, que aumentaba considerablemente el precio de un bien traído al interior del país.

Las concepciones proteccionistas no se limitaron al manejo del arancel. Simultáneamente se desarrolló una política de privilegios y estímulos a todo tipo de industrias modernas que quisieran organizarse en el país. Los privilegios establecían un monopolio temporal, no a la fabricación de un bien particular, sino a la técnica utilizada. Esta política era complementada con préstamos nacionales a las nuevas fábricas, con primas especiales y con la exención de impuestos para la maquinaria y herramientas necesarias. Con base en tales privilegios, en la década del treinta tuvo lugar un pequeño ensayo de industrialización en Bogotá y sus cercanías, que incluyó fábricas de loza fina, papel, vidrios, tejidos, paños, sombreros y una ferrería (la de Pacho, establecida desde 1827, pero que se inició en firme sólo en 1838). Las fábricas enfrentaron disponibilidades de todo tipo, asociados al tamaño del mercado, a la calidad o disponibilidad de mano de obra calificada y materias primas, a la guerra de los Supremos y a las maniobras financieras y posterior quiebra de Judas Tadeo Landínez a comienzos de 1842. Algunas de ellas, sin embargo, lograron sobrevivir y continuaron como pioneras de la industrialización colombiana en las décadas posteriores.

3. El comercio exterior

Después de 1820 el gobierno de Colombia inició un proceso de apertura de su comercio exterior con aquellos países que veían en las nuevas repúblicas perspectivas de nuevos mercados. Inglaterra y, en menor medida, Francia y Estados Unidos, sustituyeron a España como principales socios comerciales. Sin embargo, el comercio directo con los países europeos sólo se generalizó a mediados de siglo. Hasta entonces, gran parte de la actividad comercial se realizó con Jamaica y otras colonias inglesas en las Antillas. Allí se llevaba oro y algunas mercancías —“frutos”, para utilizar el término colonial— y se adquirían bienes europeos, en particular textiles ingleses.
Siguiendo el patrón de fines de la Colonia, el oro siguió representando las tres cuartas partes de las exportaciones. De acuerdo con los estimativos de Vicente Restrepo, después de una recuperación en las primeras décadas de la República, la producción del metal llegó a $2.540.000 anuales en los años cuarenta, un nivel todavía inferior al de la primera década del siglo ($3.060.000). Las regulaciones coloniales según las cuales sólo se permitía exportar oro y plata amonedados, para garantizar el pago del quinto y los derechos de amonedación, se conservaron en las primeras décadas de la República. Sin embargo, es evidente, por los registros de las Casas de Moneda, que cerca de un tercio de la producción no cumplía esa norma legal. Toda la producción no amonedada, sin duda, salía del país ilegalmente. Para tratar de cobrar indirectamente los derechos de quinto, en 1828 se estableció un impuesto del 6% a la “exportación presunta” de oro, que se cobraba sobre las importaciones. Dicho tributo fue eliminado en 1833. Más tarde, en 1846, como parte de la reforma monetaria emprendida por la administración Mosquera, que introdujo el sistema decimal y reguló la confusa circulación interna, se autorizó la exportación de oro sin amonedar, sujeta a un derecho único del 6%. Todos los gravámenes al oro fueron posteriormente derogados como parte de las reformas liberales de mediados de siglo.
El proceso de expansión de exportaciones de origen agrícola y ganadero iniciado a fines de la Colonia quiso reconstruirse después de la guerra. Los resultados de tales esfuerzos no fueron muy favorables.
El proceso de expansión de exportaciones de origen agrícola y ganadero iniciado a fines de la Colonia quiso reconstruirse después de la guerra. Los resultados de tales esfuerzos no fueron muy favorables. El principal “fruto” exportado en los primeros años del siglo, el algodón, no pudo sostenerse ante la baja dramática de los precios internacionales generada por la expansión del cultivo en Estados Unidos. Aunque todavía sobrevivía en la década del treinta, desapareció poco después de los registros de exportación. La quina, que también tuvo un corto período de auge a fines de la Colonia, se había eclipsado casi totalmente a comienzos de la República. En cambio, la exportación de cueros y palos de tinte siguió incrementándose. Al lado de estos bienes surgieron, además, nuevos productos. Entre ellos se destaca el tabaco, que comenzó a exportarse desde la década del treinta como resultado del interés conjunto del gobierno y los comerciantes (véase la sección siguiente).

En cualquier caso, antes de mediados de siglo, la apertura al comercio exterior fue muy limitada. Aunque la exportación de frutos creció un poco en relación con los niveles más altos de la Colonia (de $785.000 anuales en 1802-1804 a $849.000 en 1835-39 y $894.000 en 1841-45), la expansión no alcanzó a compensar la caída en la producción y exportación de oro. De esta manera, en la primera mitad del siglo XIX se vivió un estancamiento e incluso un retroceso del comercio de exportación. Como la población aumentó en un 80% aproximadamente, lo anterior indica que, a mediados del siglo, las exportaciones por habitante habían disminuido en más de un 40% en relación con los niveles de fines de la Colonia. El valor de las importaciones se mantuvo también relativamente inalterado. Sin embargo, gracias a la caída dramática de los precios de los textiles en el comercio internacional, las compras reales de estos bienes, que representaban entonces tres cuartas partes de las importaciones colombianas, se elevaron a un ritmo relativamente aceptable (un 3% anual), aun antes de la bonanza exportadora de mediados del siglo. LAS FINANZAS PÚBLICAS Uno de los aspectos más controvertidos durante la constitución y desarrollo del Estado republicano fue el relativo a las rentas. El desorden introducido por la guerra y las medidas adoptadas en los primeros años de la República habían creado traumas en la estructura tributaria. La supresión de algunos impuestos y la desorganización de la administración fiscal abrió un boquete considerable en los recursos del Estado, al tiempo que aumentaban considerablemente las necesidades de gasto.

Las nuevas demandas creadas por la Independencia tenían tres orígenes diferentes. El primero de ellos era la aparición de un ejército nacional, que no solamente debía garantizar el triunfo republicano sino que tuvo que hacer frente a la resistencia irregular que sobrevivió después de 1820. La Nueva Granada tuvo también que financiar los ejércitos que se enviaron al sur de América para luchar por la independencia del Ecuador y el Perú. A esto se unieron los levantamientos, las guerras civiles y las amenazas de reconquista. Se estima que, en 1825-26, cerca de las tres cuartas partes de los egresos del Estado se destinaron a atender gastos militares y, aún en 1826-27, los gastos del ejército y la marina alcanzaron el 62%. Aunque posteriormente dichas erogaciones se redujeron, su proporción volvió a hacerse importante en los años que precedieron a la guerra de los Supremos (1829-42), cuando la hacienda nacional tuvo que disponer de un 44% del presupuesto para guerra y marina. La segunda demanda provenía de la nueva burocracia estatal. A los gastos de los empleados civiles se unían los de la burocracia internacional, que comenzó a recorrer el mundo estableciendo embajadas, consulados y legaciones diplomáticas. Por último, la guerra de independencia y las necesidades generales durante los primeros años de la vida republicana dejaron como legado una deuda externa e interna considerable. En 1839, al ser dividida la deuda de la Gran Colombia, correspondió a nuestro país un 50% del total, que sumaba $31.8 millones con el exterior y $19.9 millones internamente. Ello equivalía a más de veinte veces los ingresos públicos de aquellos años. La imposibilidad de pagar semejante deuda se convirtió desde entonces en una amenaza constante, ya que los intereses no pagados se convertían en nuevo capital, en un permanente círculo vicioso.

Es importante anotar que, pese a que la contabilidad mostró un superávit en algunos años, éste no era más que un espejismo, que ocultaba la postergación de los pagos de la deuda pública y los gastos irrisorios en nuevos proyectos de desarrollo económico. Teniendo en cuenta la población del país, los gastos públicos por habitante, una vez deducidos los costos de recaudación de las rentas, oscilaban en los años treinta en torno a $1 y tendieron a disminuir en la siguiente década. Esta es una señal inequívoca de la absoluta indigencia en que se debatía la sociedad republicana en sus primeros años.

Durante los años de la primera república, varias juntas de gobierno habían procedido a eliminar algunas de las rentas más odiadas, entre ellas el tributo de indios, el impuesto a los mazamorreros y el monopolio de aguardiente. Dichas medidas, unidas a la desorganización general de la administración fiscal, generaron faltantes cuantiosos, que se cubrieron apelando a los saldos de las cajas reales, a la expropiación de los bienes de los realistas, al uso del papel moneda, en Cartagena, y a las emisiones de moneda de baja ley.

Después de la reorganización del sistema rentístico que emprendieron las autoridades españolas durante la Reconquista, los primeros gobiernos y congresos republicanos adoptaron una actitud más cautelosa. En 1821, el Congreso de Cúcuta abolió algunas rentas menores que eran consideradas particularmente opresivas, entre ellas nuevamente el tributo de indios y el impuesto a los mazamorreros, la alcabala para ventas internas (aunque se mantuvo, con una tasa reducida, para las operaciones de propiedad raíz), el impuesto sobre las ventas de víveres o sisa y la venta de cargos públicos15. Sin embargo, por razones estrictamente rentísticas, se mantuvieron los monopolios estatales sobre el tabaco y la sal, pese a la oposición que existía contra el primero, y se sustituyó el del aguardiente por un gravamen diferente. Además, los diezmos y el quinto también se preservaron, pese a que eran considerados como verdaderos frenos al desarrollo de la agricultura y la minería nacional.

Aunque la renta del tabaco fue reorganizada con bastante éxito en la década del treinta, el interés del gobierno y de los comerciantes en desarrollar nuevas fuentes de exportación y las propias necesidades fiscales del Estado, impulsaron diversos mecanismos mediante los cuales los intereses privados penetraron en el negocio e hicieron finalmente inatajable su privatización. El primero de ellos fue una forma de conciliar los intereses de los comerciantes y del monopolio. Después de un primer ensayo de exportación por cuenta del gobierno, este último decidió realizar subastas periódicas de tabaco entre algunas firmas interesadas en venderlo en el mercado internacional. Además el gobierno contrató algunos empréstitos cuya garantía se estipuló en tabaco; algunos de ellos estaban todavía vigentes al momento de la abolición del monopolio. Debido a la falta de recursos, el gobierno se vio también obligado en diversas ocasiones, en particular durante la guerra de los Supremos, a utilizar los fondos de caja del estanco para pagar sus gastos ordinarios. De esta manera, a la hora de hacer los pagos a los cosecheros, el estanco se encontraba sin fondos. Este hecho obligó al gobierno a contratar las siembras con aquellos hacendados que tuvieran acceso al crédito, permitiendo que éstos se iniciaran en el cultivo, que hasta entonces se reservaba a los pequeños propietarios.

A mediados de la década del cuarenta era creciente el interés de los comerciantes y de algunos hacendados en el negocio del tabaco. Por tal motivo, cuando la administración de Tomás Cipriano de Mosquera decidió entregar al sector privado las factorías de Ambalema, Palmira y Girón y crear algunas destinadas exclusivamente a la exportación, no tuvo dificultad para arrendar ninguna de ellas. La producción y exportación de tabaco se incrementó rápidamente bajo el nuevo sistema. Por eso, la presión para abolir el monopolio se hizo frontal. En 1848 el Congreso —en contra de la opinión del Ejecutivo— decretó la libertad del cultivo, estableciendo al mismo tiempo un impuesto de exportación. Al año siguiente se redujo este gravamen pero se creó un impuesto a las siembras de la hoja. La oposición a los nuevos tributos fue rápida y efectiva y en mayo de 1850 la producción y comercio del tabaco quedaron completamente libres de todo gravamen.

En el caso del aguardiente, las medidas de libertad fueron más tempranas. A ello contribuyó, sin duda, la mayor dispersión de su producción en todo el territorio nacional y la decisión de varias juntas revolucionarias de eliminarlo durante la primera república. La Reconquista consideró, además, que era peligroso en este caso revivir el monopolio y optó por imponer un gravamen de $2 por cántara de aguardiente producido. El Congreso de Cúcuta decretó igualmente la libertad de producción de aguardiente, pero creó un gravamen sobre la destilación y sobre la patente de venta al detal de dicho licor. Aunque en 1828 fue restablecido el monopolio, nuevamente se le sustituyó en 1834 por un sistema de patentes.

El ensayo más interesante en el terreno fiscal en los primeros años de la república fue el establecimiento de un impuesto a la renta. Este nuevo gravamen, creado en 1821 en el Congreso de Cúcuta, tenía dos modalidades. En el caso de los salarios, se trataba de un gravamen levemente progresivo: nulo para rentas inferiores a $150 anuales, del 2% para ingresos de entre $150 y $1.000, y de 3% para rentas superiores. Para los ingresos de capital, el gravamen era de un 10%, sobre una base que era en la práctica una renta presuntiva, pues equivalía al 5% de los capitales invertidos en la agricultura, la minería y la manufactura (incluidos los terrenos), y al 6% de los invertidos en el comercio. El gravamen funcionó en forma muy deficiente en ausencia de un catastro que sirviera para determinar, siquiera imperfectamente, el valor de las propiedades. Su producido resultó ser apenas una ínfima porción de lo estimado inicialmente. Fue suspendido temporalmente en 1823 y, después de una tentativa de mejorarlo, quedó abolido definitivamente en 1826. Sólo revivió como renta provincial a mediados del siglo


TRABAJO  No.  4
VAS A REDACTAR TRES CONCLUSIONES DE LA HISTORIA DE LA UTILIZACION DE ESTA PLANTA  Y   EL IMPACTO ECONOMICO Y SOCIAL QUE TIENE HOY EN DIA EN EL MUNDO Y EN NUETRO PUEBLO COLOMBIANO.
DEBES REDACTAR EN EL CUADERNO Y  ESTAR LISTA PARA SUSTENTAR EL 6 DE MAYO


La coca: Planta del futuro: Un texto del siglo XVIII
La coca, una planta consumida durante siglos por algunos indígenas suramericanos, fue descrita por los primeros europeos que vinieron a América: Vespucio habló, en cartas anteriores a 1504, de unas hojas que los indios de las costas de Venezuela masticaban, y Gonzalo Fernández de Oviedo, hacia 1535, reportó una yerba conocida como hayo, coca o yaat, que los indios usaban para quitarse la sed y el cansancio.
La coca, usada probablemente en forma excepcional en las culturas precolombinas —en rituales o para la guerra o las largas marchas— se generalizó por obra y gracia de los españoles, que la promovieron y la convirtieron en uno de los productos más importantes del virreinato del Perú. Ante la caída en la calidad de la alimentación de los indígenas provocada por la conquista española y el desplazamiento de la productiva agricultura local por la ganadería, se convirtió en un paliativo ante la creciente desnutrición de los trabajadores indígenas. Y aunque muchas veces sacerdotes y funcionarios trataron de lograr su prohibición, considerando que servía para mantener idolatrías o promover conductas condenables, el peso del dinero fue más fuerte y nunca se prohibió.
En nuestro país, su tráfico libre se mantuvo, aunque ya lo hayamos olvidado, hasta 1938. A pesar de las calidades atribuidas a la coca —desde los efectos contra el cansancio y el hambre hasta hacer olvidar sus desgracias a los desdichados— no tuvo el éxito del tabaco o el chocolate entre los consumidores europeos. El médico Nicolás Mondares llevó las hojas a Europa en 1580, pero no parecen haber causado ninguna impresión: no es raro que en el viaje hubieran perdido su eficacia. Y a pesar de su importancia económica, no fue sometida a estudios cuidadosos hasta el siglo XVIII, cuando los productos naturales americanos comenzaron a someterse a análisis y descripciones que buscaban clasificar las plantas según los nuevos criterios de la botánica de Jussieu y Linneo y estudiar su posible utilidad. Los más conocidos son tal vez el botánico Hipólito Ruiz López, quien incluyó un dibujo de la planta en la Flora Peruviana de 1788, y el médico peruano Hipólito Únanúe, quien en 1794 publicó la "Disertación sobre el cultivo, comercio y las virtudes de la famosa planta del Perú nombrada coca", en la que le atribuía efectos curativos y analgésicos contra cólicos, asmas y reumatismos. Unanúe citaba, entre los autores que habían estudiado la coca, al catalán Antonio Julián, de quien publicamos un breve extracto sobre este tema.
Antonio Julián fue un jesuita que vino al Nuevo Reino de Granada en 1749, para iniciar una misión y convertir a los Guajiros. Aunque la misión no se fundó, Julián recorrió la zona varias veces, antes de trasladarse en 1759 a Bogotá, donde fue profesor de la Javeriana hasta 1767, cuando fue expulsado con todos los demás miembros de su orden. Julián se fue a Roma, como la mayoría de ellos, y se dedicó al estudio y la escritura hasta que murió en 1790. Era bastante creativo: defendió la tesis de que el paraíso terrenal estaba en América, y que Jesucristo había venido a predicar el cristianismo aquí, en los días que siguieron a su resurrección. Su libro La Monarquía del Diablo... fue publicado en italiano, en Roma, en 1790 y reeditado hace algunos años. En 1787 publicó en Madrid La Perla de la América, un libro en elogio de Santa Marta que ha sido ya reeditado tres veces: en 1854, 1951 y 1980. La Perla de la América: provincia de Santa Marta hace parte de esos libros del siglo XVIII en que los españoles, y sobre todo los jesuitas, se dedicaron a defender a su nación de los ataques de historiadores y escritores como Raynal o Robertson, y a sugerir, apoyándose en escritores ilustrados como Campo manes, medidas para promover el avance económico de los dominios españoles.
El libro ofrece detalladas descripciones de la región samaria, en especial de sus tribus indígenas, pero uno de sus intereses es presentar los productos que puedan convertirse en objeto de comercio con Europa. La lista es amplia: tabacos y añiles, azucares y panelas, perlas y nácar, palo del Brasil de Valledupar, cueros y loros de la Sierra Nevada, oro, plata y piedras preciosas, algodones, hamacas guajiras, bálsamos, gomas, aceites, cacao, carey, tamarindos, vainilla y canela, quinas, maderas y plantas medicinales, bagres, cachamas y bonitos, animales tropicales y pájaros curiosos. Pero sobre todo el producto que, si la corte española prueba y aprueba, podrá desplazar al té y el café, y cargar las naves de Santa Marta a Europa: "la célebre yerba del hayo o coca... que se cultiva en la provincia de Santa Marta". No le faltó visión.
DE LA CELEBRADA PLANTA LLAMADA HAYO, POR OTRO NOMBRE COCA, PASTO COMÚN DE LA NACIÓN GUAJIRA
I. Entro con singular gusto á discurrir de esta planta, no tanto para dar de ella noticia á los curiosos, cuanto para promover su cultivo y uso en Europa, con ventajas de la Monarquía de España, y mayor bien y salud de los pueblos y naciones aun extranjeras. Estas han tirado á introducir el té, y café, se han esforzado á promover las virtudes de estas yerbas, y se han dado maña para entablar generalmente su uso, y llenar las ciudades de cafeterías para despachar los frutos de sus colonias y regiones, con indecibles ventajas de sus estados, y comercio. Y nosotros Españoles, tan fáciles á dejarnos llevar de las ideas forasteras, y de abrazar sus modas, como desinteresados y generosos para despreciar, ó no hacer caudal de las propias cosas, dejamos que se coman los Indios, y se sustenten de una yerba que pudiera ser un ramo de comercio ventajosísimo para la España, salud de la Europa, remedio preservativo de muchos males, reparativo de las fuerzas perdidas, y prolongativo de la humana vida. Esta es la yerba llamada Hayo, celebrada en la Provincia de Santa Marta, y en todo el Nuevo Reino; y en el Potosí, y Reino del Perú, llamada Coca.
Antes de decir sus virtudes quiero referir el uso que de ella hacen los Indios Guajiros. Estos son ya los únicos que en todo el Nuevo Reino usan de esta yerba. El modo es curioso, y ciertamente me causó al verlo, no menor admiración que risa. Diré lo que vi, y de ahí se podrá conocer la general costumbre de toda la nación. Hallándome en el río de la Hacha, compareció en frente de nuestra casa una tropa de Guajiros que venían á ver al Señor Obispo que allí estaba de visita. Parte de ellos eran Cristianos de la reducción de los Padres Capuchinos; parte barbaros y gentiles, tan al descubierto, que preguntando yo á uno si quería hacerse Cristiano, me respondió con gran ceño, y profunda voz un no redondo. Salí, pues, á ver aquella tropa de Indios, y me encontré con unos mozos altos, robustos, y bien formados, bien encarados, y de un color trigueño, y mas blanco de el que suelen tener los demás Indios del Reino. Llevaban terciada sobre el hombre derecho una manta de algodón bien tejida de sus mismas manos (porque florecen mucho en estas labores) que les cubría la mayor parte del cuerpo, y pendiente del cuello una mochila, o al forjita, que les caía debajo del brazo izquierdo; y á la cintura, como los devotos peregrinos traían un calabocito con un palito redondo y sutil metido dentro, y salía por la boquita. Dentro de aquella al forjita traían las hojas del Hayo verdes y frescas, y dentro del calabocito cal finísima, que ellos mismos hacen de las conchitas del mar, tan blanca y bien amasada, que parece almidón, ó manjar blanco. Estaba yo gustoso conversando con ellos, y veía que de tanto en tanto, ya el uno, ya el otro, metían mano a la mochila, sacaban un puñado de yerba, se la metían en la boca, y mascando y hablando se la iban tragando. Acabada la dosis echaban entonces la mano al palito que salía por la boquita del calabazo; que en su lengua llaman Poporo, revolvían un poquito aquella masa de cal, y sacaban un poco de ella en la punta del palito, y luego con gran prolijidad se iban untando los labios, quitando con aquel pincel lo verde que les había quedado del zumo del Hayo, y dejándolos pintados de blanco. Tan pulidos como todo eso son los Guajiros. Pregunté yo a uno de ellos, que parecía más risueño y tratable: ¿Por qué coméis así de esa yerba? Y el bellaco Indio, metiendo los dedos en la nariz, como quien toma un polvo de tabaco, me respondió: ¿Y blanco, por qué hace así? é hizo tal cual, como si tomara tabaco. Confieso que me dejó sonroseado el Indio, y no supe que responderle; porque en materia de usos y costumbres de diversas naciones, es difícil hallar convincente disparidad.
II. Antiguamente en lo más interior del Nuevo Reino se cultivaba esta planta, y se hacía gran uso de sus hojas. Las Provincias más fértiles y abundantes de ella eran la de Duitama, singularmente en el territorio de la Villa ó Parroquia de Soata, y la de los Sutagaos, que eran los que desde Tunjuelito y Usme se extendían por las orillas y cercanías del rio Fusagasugá, hasta el rio Magdalena. Y era de tanta estimación esta yerba, que con ella, después de que era bien tostada, sahumaban a sus Ídolos los Sacerdotes llamados Jeques. Ahora años hace ya cesó el cultivo y uso de esta yerba en el centro del Reino, y solo ha quedado en la Provincia de Santa Marta. En esta, fuera de las tierras de los mismos Guajiros solamente hay dos pueblos donde se da la cosecha, y llámense Molino el uno, y el otro Villanueva situados ambos al pie de la Serranía de Maracaibo, de la parte de la Sierra Nevada, y en los confines del Valle de Upár: pueblos amenísimos, y fertilísimos, singularmente de esta yerba. Son pueblos de indios mansos, y Cristianos, que pudieran estar ricos con el comercio de esta planta, y son bien pobres y miserables, porque el Indio no se cuida de amontonar riquezas, sino de pasar el día como Dios le ayuda. Estos indios siembran y cultivan la planta del Hayo, y vi con mucho gusto míos algunos campos y sementeras de ella que tenían junto á sus pueblos. La siembran con orden y división de una planta a la otra, la cultivan con mucho cuidado y limpieza, y no cogen de sus hojas hasta que por la frutilla que echa conocen que ya están en sazón. La planta no crece mucho, pero tampoco es tan pequeña que no llegue, cuando está sazonada, á cuatro ó cinco palmos de altura. Se levanta de la tierra con su palito, del cual van saliendo las hojitas. Es hermosa, y se dilata en varios ramitos, que dan hojas en abundancia. No se realmente a qué planta de Europa se parezca más la planta del Hayo, ni á que hojas sus hojitas. Pero diré que la planta en el palito, en los ramos y pomposo de su cima se asemeja á ciertos arbolitos que en la América llaman Chochos, pero no llega á ser tan alta la planta del Hayo. Las hojas no son grandes, sino como las del té, ó las de otra yerba equivalente al té (sino es la misma) que en abundancia se da en el Nuevo Reino, y se usa en defecto y suplemento del té mismo, y la llaman Escobilla, y anda en opiniones si es ó no es el té legítimo. Es la hoja del Hayo lisa, remata en una sola puntica, y tiene un verde hermoso, que tira á obscuro. Cuando está la cosecha del Hayo en sazón van los Indios cortando con la uña del dedo pulgar las hojas de una en una á raíz del palito en que nacen, y tendiéndolas en una manta que tienen prevenida á este efecto, van recogiendo así la cosecha, y después la meten en unas vasijas de barro, esperando que vengan á comprarla, los comerciantes de Perlas con los Guajiros, ú otras personas para su uso.
El comercio es continuo, porque es continuo el uso de esta yerba hacen los Guajiros, mascándola día y noche, á todas horas. Y son tan aficionados, y habituados á ella, que dejarán primero de buscar de comer, que de andar prevenidos y abastecidos del Hayo. Como el habituado al buen tabaco en polvo, no puede estar sin casa, así el Indio Guajiro sin la mochila de esta yerba. Tanta verdad es, que la costumbre pasa á naturaleza. Sabiendo los comerciantes esta pasión de los Guajiros por el Hayo, van á estos pueblos del Molino y Villanueva, y con lienzos, herramientas, y otras cositas á que tienen afición los Indios, les compran la hoja del Hayo: con esta pasan al rio de la Hacha, ó á los pueblos y reducciones de los Guajiros ya cristianos, donde también acuden los bárbaros, y con unos y otros hacen sus cambalaches, dando los Guajiros tantas onzas de Perlas por tantos celemines de la hoja del Hayo. Antiguamente no dejaba de haber comercio de esta yerba también en lo interior del Nuevo Reino, porque á demás del uso que de ella hacían las naciones bárbaras, como ahora los Guajiros, era muy buscado el Hayo para el pasto y sustento de los Sacerdotes de los Ídolos, que debían ser muy templados, y abstinentes, castos, y retirados, de pocas palabras, y muy corto sueño.
Demuéstrense las virtudes del Hayo, más apreciables que las del té, café, y mate de Paraguay
Estoy admirado sumamente de que en Europa no se haga uso ninguno del Hayo, cuando tanto se hace del té, y café. A tres causas lo atribuyo. Sea la primera la ignorancia de las virtudes excelentes del Hayo, y no haber habido hombre curioso que las descubra para el bien público. La segunda es el no ser la nación Española tan ambiciosa de introducir últimas modas en otras naciones, como paciente en admitir las ajenas. La tercera, porque las naciones extranjeras tienen más lucro y ventajas en promover el uso del té y café, que no el del Hayo, fruto de los dominios del Rey de España. La cuarta, aún podemos añadir, y sea el que no ha llegado todavía el humor, y tiempo de hacer moda el tomar Hayo. Mas puede ser que al Hayo, como á las demás cosas, llegue su tiempo, y que con las noticias que voy á dar de sus admirables virtudes y efectos se introduzca la moda no vana, no inútil, no perniciosa á las casas y personas, como otras que vienen de allende, sino moda sana, utilísima, provechos sima á la salud, al vigor y fuerza del cuerpo, y larga prospera conservación del individuo.
El Ilustrísimo Señor Piedrahita, Obispo de Santa Marta, dice así (Cap. 2 de su Hist. Gen.): "El juego del Hayo es de tanto vigor y sustento para los Indios, que con él no sienten sed ni hambre; antes los alienta para el trabajo que viene á ser el tiempo en que más lo usan; y asimismo debe de ser muy provechoso para conservar la dentadura, por lo que se experimenta aun en los Indios más ancianos". Yo añado, que es el Hayo decoctivo insigne, y solutivo de los humores, pectoral, y sudorífico excelente, y antipocóndrico eficacísimo, que mitiga y destruye los afectos y efectos hipocóndricos, disolviendo las obstrucciones, que suelen ser la causa y principio de mal tan vario en sus efectos, como pertinaz en el tormento y molestia de los pacientes. Todo esto lo comprueba la experiencia en los que hacen uso frecuente de esta yerba.
El uso puede ser en tres maneras. Antiguamente usaban los Indios tomar, ó mascar las hojitas del Hayo tostadas primero en una vasija sobre el fuego y asi tostadas las guardaban también, ó para el comercio, ó para el gasto de casa y familia. Pero juzgo que tal uso no es el mas acertado para percibir los efectos mas saludables del Hayo, porque en el fuego precisamente se ha de minorar, ó disipar mucha parte de la sustanciosa virtud de la yerba, como al grano del cacao se le va el jugo y manteca si se tuesta mucho, como se usa en Italia. El otro modo de usarlo es á modo del té: se dejan secar por sí, y con el tiempo las hojitas del Hayo, como las de rosa, borraja, y otras yerbas medicinales, y puestas á hervir un poco, con la medida de agua correspondiente, se bebe esta, tal cual la agua de rosa, amapola, y té, &c. y en cuantidad semejante. Así es el Hayo un cordial, pectoral, y sudorífico excelente, y lo toman los achacosos de hipocondría, singularmente cuando se ven atormentados en extremo de sus dolores y síntomas molestísimos […]
§ III. Lo cierto es que por otros motivos, singularmente por el desmembramiento y ruina de los pueblos indianos, y mortandad tan grande de Indios, que obligó á la Real piedad de los Monarcas de España á prohibir los aplicaran á trabajar las minas donde tantos morían, se dejó el cultivo y uso del Hayo en lo interior del Reino, y quedo solo en los Guajiros. Estos chupando el jugo de esta yerba se sustentan principalmente, se mantienen fuertes y robustos, con buena dentadura, sin hipocondrías, ni otros tantos males que acompañan a muchos pobres de Europa, que padecen hambre, y á muchos ricos deliciosamente, criados entre té y café. Y es lástima que tantas familias pobres no tengan este preservativo de hambre y sed, que tantos oficiales y artesanos carezcan de este mantenimiento de fuerzas para el trabajo continuo, que tantos viejos y jóvenes aplicados á la pesada tarea del estudio, y á componer libros, no gocen de esta yerba contra la falta de espíritus, contra la consiguiente debilidad de cabeza, y flaqueza de estómago, compañeras casi inseparables de la aplicación continua á libros y estudio. Y finalmente, que tantos en la Europa giman en el duro tormento de males crónicos, de obstrucciones hipocondriacas, males histéricos y semejantes, aun con el uso del té, y café, y no puedan para su preservativo, ó alivio, probar el uso del Hayo, que tan bien prueba á los Indios Guajiros, y á los Españoles si llegan á usarlo.
ANTONIO JULIAN - La perla de América: Provincia de Santa Marta. - Madrid: Antonio de Sancha, 1787.
Jorge Orlando Melo
Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia).
Edición 158 Febrero de 2003



TRABAJO No.  5
CUESTIONARIO
1-QUE ES LA GLOBALIZACION
2-QUE ES LA TECNOLOGIA
3-CUAL ES LA RELACION DE LA GLOBALIZACION LA TECNOLOGIA Y LA ECONOMIA
4-CUAL ES LA RELACION DE LA GLOBALIZACION  CON LA EDUCACION.
5-CUAL ES LA RELACIN DE LA GLOBALIZACION-LA ECONOMIA-Y LA POLITICA.
6-CUAL ES LA RELACION ENTRE LA GLOBALIZACION –LA TECNOLOGIA Y EL MEDIO AMBIENTE SUSTENTABLE Y SOSTENIBLE
7-QUE ES DESARROLLO SUSTENTABLE Y DESARROLLO SOSTENIBLE.
NOTA: ESTAS PREGUNTAS LAS DEBE RESPONDER EN EL CUADERNO Y TENERLAS LISTAS PARA SUSTENTAR
FECHA LÍMITE DEL TRABAJO: 13 DE MAYO LA CUAL SE PUEDE ADELANTAR DE ACUERDO AL RENDIMIENTO DEL GRUPO.

La Globalización y la Tecnología de la Información en la Educación

La globalización es un fenómeno que afecta a todo el mundo de una u otra forma, y es gracias a las tecnologías de la información que esto es posible. En la época actual es totalmente concebible dicho fenómeno, mientras que hasta hace algunas décadas era considerado una irrealidad debido a las dimensiones del manejo de la información que se requieren para lograrlo. Actualmente se cuenta con bastos recursos tecnológicos para dicha actividad y la tecnología que se encuentra disponible puede hacer realidad lo que anteriormente pareciera una utopía.
La tecnología permite a las compañías locales o nuevas lograr un nivel de competencia con las transnacionales (en medida de lo posible) por medio de la innovación que hace posible la participación en la economía mundial de algún producto novedoso mediante la utilización de recursos tecnológicos como el internet.
La tecnología de la información ha transformado el rumbo de las empresas modernas; el hombre actualmente no es capaz de dominar varias disciplinas como en su momento lo hicieran los antiguos filósofos y buscadores de la verdad como Platón o Aristóteles. Debido a la complejidad de  las disciplinas es necesario recurrir a los recursos que nos proporciona la tecnología. De esta forma el ser humano es administrador de grandes conocimientos con apoyo de recursos tecnológicos que lo dotan de capacidades superiores como el manejo de información y datos en granes volúmenes que sólo es posible mediante el uso de computadoras y tecnologías de la información.
Globalización es un término que va de la mano de la palabra integración, de países, regiones, mercados, economías, costumbres, culturas, etc. Se trata de un proceso que se observa a un nivel mundial. Pero existe un problema: nadie puede explicar lo que realmente quiere decir el término "globalización".
De esta forma es necesario que se entienda que la globalización es en todos los sentidos, político, social, cultural, educativo, etc. Y no únicamente económico como lo vislumbra la mayoría de las personas. La expansión del capitalismo nacida en las prácticas imperiales que comenzaran con las conquistas europeas de ultramar en siglo XV, relanzadas con la Revolución Industrial del siglo XIX, crearon un modelo en el que hoy día se hace especial énfasis, y que denominamos globalización. Dinámica que, desde el orden económico, estimula preferentemente una demanda más homogeneizada de los consumidores a nivel internacional y variados tipos de asociaciones, alianzas y conexiones.
Hoy en día, este proceso está acompañado también de disposiciones de orden político y cultural que conforman en el escenario mundial, una nueva definición de los papeles que cumplen los gobiernos, Estados, empresas, organizaciones no gubernamentales, etc. en los lineamientos estratégicos de poder y en la concentración de esfuerzos por no claudicar ante la meta última y salvadora de conquistar mercados mundiales que trasciendan las economías nacionales. Esto lleva a una competencia donde lo único que importa es lograr mejor calidad de producción para alcanzar más mercados, aunque esto vaya en detrimento de los seres humanos.
La mayor articulación de las economías de mercado se cumple por varios factores: a través del crecimiento de la inversión extranjera directa, el aumento de las empresas de responsabilidad compartida, y la integración de los mercados financieros internacionales. Gracias al mayor flujo de información (comercio electrónico), este mercado de capitales goza de una apertura que le permite operar más allá de las regulaciones nacionales. El aumento del capital de corto plazo dentro del flujo global de capital internacional genera mayores posibilidades de inestabilidad económica y social.
La decisión de abrir el mercado nacional y local, por parte de quienes definen las políticas gubernamentales, se implementa a través de políticas fiscales, presupuesto, tasa de cambio e impuestos. Históricamente, los gobiernos que sufren una escasez crítica de capital financiero se han visto en la necesidad de tomar tales medidas, debido a los condicionamientos que las instituciones financieras bilaterales y multilaterales ponen a sus préstamos.
Éstas exigen que los gobiernos tomen políticas fiscales acordes a la globalización. Pero, es obvio que si esas políticas de ajuste estructural no van acompañadas de políticas sociales apropiadas (alivio a la pobreza, cuidado de la salud, educación, etc.) excluirán a los pobres de los beneficios del crecimiento económico e incluso determinarán su mayor empobrecimiento.
El condicionamiento en el otorgamiento de créditos a la adopción de dichas políticas ha sido el principal instrumento para obligar a los países pobres a la liberalización, privatización, desregulación y retirada del Estado en las actividades socio-económicas. El condicionamiento de los créditos se ha convertido así en el principal mecanismo para la difusión mundial de paquetes de medidas macroeconómicas que cuentan con el beneplácito de los gobiernos de los países desarrollados.
Junto con la mayor apertura en el flujo de bienes y capital, se pueden ver contradicciones en las políticas nacionales de los países industrializados que promueven la globalización. Por ejemplo, las políticas de migración de muchos países, que restringen el movimiento poblacional a través de la frontera, son contrarias a la creciente liberalización del mercado de capital financiero, bienes y servicios.
Conclusiones

En base a la información recabada y analizada se pude concluir que  la globalización afecta de manera diferente a los países, en la medida en que sean tecnológicamente desarrollados o no, este fenómeno es más claro y concreto si se plantean los eventos que provocan la vinculación de la globalización y la tecnología:
  • C Crecimiento y expansión en las naciones que lideran el proceso o que participan completamente en él.

  • C Crecimiento moderado o fluctuante en ciertas economías que intentan incorporarse al marco de liberalización y globalización.

  • C Marginación o deterioro en los numerosos países que no logran superar problemas como el bajo precio de los productos básicos o el de la deuda, que no pueden resolver los conflictos acarreados por la liberalización y que no se benefician de las oportunidades de exportación.

En el caso de COLOMBIA  es posible apreciar que nos encontramos atrapados en la ignorancia acerca de las verdaderas consecuencias o repercusiones de la globalización. Sólo una mínima parte  se ha ocupado de informarse a fondo de todo lo que atañe a ese fenómeno mundial; la idiosincrasia del mexicano lo lleva a seguir lo que se le informe en los medios masivos de comunicación, evitándole la "molestia" de leer, preguntar, investigar por sí mismo la información de forma real y en función de las necesidades que cada individuo quiere satisfacer. 
 En lo personal se vislumbran algunas interrogantes que nos deberíamos hacer todos y que algunos ya se hacen desde tiempo atrás: ¿Estamos realmente preparados para la globalización? ¿COLOMBIA  cuenta con los recursos tecnológicos  que le permitan incursionar favorablemente en el fenómeno de la globalización, simplemente se dejará llevar por las condiciones que establezcan las potencias? ¿No será indispensable que toda la sociedad se concientice sobre la importancia de este fenómeno y las repercusiones que traerá para COLOMBIA  y lo COLOMBIANOS, estemos o no preparados?

EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN EN EL MEDIO AMBIENTE
 La globalización -A menudo solemos (suelo) preguntarnos que es la globalización exactamente. ¿Será algo bueno? ¿Será algo malo? ¿Me afectara o no me afectará? ¿Que beneficios obtendremos…y que perjuicios (si los tiene)?etc., etc.…. -Existen muchas definiciones sobre que significa la globalización, algunas tan claras y directas como esta: “La globalización no es ni más ni menos que la extensión del capitalismo a escala global” -La globalización es un proceso que se desarrolla gracias a los avances tecnológicos que permiten una integración mundial de todas las economías. Estos avances tecnológicos permiten realizar operaciones comerciales y financieras de manera rápida y en cualquier mercado mundial. Con la globalización operaciones mercantiles que antiguamente se realizaban a pequeña a escala, como cualquier operación que se realiza en un mercado de pueblo, hoy se pueden realizar a escala mundial. Uno de los avances más importantes ha sido Internet, que nos permite obtener información de cualquier mercado del mundo en tiempo real.

 -Existen tres tipos de globalización diferente, aunque la filosofía del proceso es igual en los tres tipos: -Globalización económica: consiste en la creación de un único mercado mundial mediante la eliminación de los impedimentos que mantienen los países frente a la libre circulación de capital y mercancías. Esta impulsada por las grandes multinacionales, las grandes beneficiadas, y los centros de poder económico internacional, como el FMI y el Banco Mundial.

-Globalización social: se define como la defensa de la igualdad y la justicia para todos los seres humanos y todas las sociedades. Un mundo socialmente globalizado sería aquel en el que todos los seres humanos serían considerados iguales, independientemente de sus creencias religiosas y culturales. Esta sociedad sería respetuosa con estas diferencias y su principal fin sería crear una sociedad mejor para todos, para todos sin excepción. –
Globalización política: mediante la implantación de la democracia, ya que se considera a la democracia como el mejor sistema político en cuanto a la capacidad de defender la justicia y la igualdad de las personas. Efectos sobre el medio ambiente -La globalización basada en el modelo económico capitalista tiene efectos muy perjudiciales sobre el medio ambiente. -El capitalismo es un sistema económico en el cual el mercado predomina. Mediante la globalización, se eliminan las barreras comerciales entre los distintos países, y esto desencadena la aparición de un mercado internacional a escala global, lo que ha provocado un aumento en el consumo de recursos energéticos como consecuencia del transporte entre los distintos países, ya sea de materias primas o de productos manufacturados.

 Este aumento en el consumo de recursos energéticos, principalmente combustibles fósiles, incrementa la emisión de sustancias contaminares, principales responsables del cambio climático y del calentamiento global del planeta. –

Otro efecto colateral de la globalización sobre el medio ambiente es el que “obliga” a los países más pobres a aumentar la explotación de sus recursos, como pueden ser bosques o recursos pesqueros, para satisfacer la demanda impuesta por el creciente número de consumidores o por la necesidad de generar dinero para poder pagar las deudas externas contraídas con los países ricos. Los países más pobres encuentran en la sobreexplotación de sus recursos una manera de poder solventar sus deudas.

 Un dato curioso es que los llamados países pobres son en realidad los que poseen las riquezas en cuanto a recursos, pero son las empresas de los países ricos las que los explotan y las que realmente obtienen el beneficio. -Otro hecho es que para poder ser más competitivos en este mercado global, existen países que reducen sus estándares ambientales y empresas que para reducir sus costos de producción reducen sus gastos en seguridad ambiental.

 Hoy en día, las grandes empresas transnacionales no sólo colocan sus fábricas en países donde la mano de obra es más barata, sino también en aquellos países cuya legislación ambiental es menos severa y permite reducir costes en este ámbito, de modo que las empresas pueden fabricar productos más baratos y más competitivos, que benefician al consumidor en cuanto al dinero que tiene que gastarse para adquirir el producto. –

La globalización promueve un mercado libre, y un mercado libre sin ningún tipo de control que lo único que persigue es el beneficio económico, y esto va en contra de cualquier acuerdo ambiental cuyo propósito sea la protección y conservación del medio ambiente

. -Además este mismo capitalismo que esta asociado a la globalización va en contra de la conservación medioambiental ya que suscita al consumismo exagerado y sin justificación, con la consiguiente sobreexplotación de cualquier recurso en el que pensemos (comida, combustibles, materiales como el plástico, etc...). ¿Es posible una solución? –

Una de las soluciones para evitar el deterioro del medio ambiente promovido por la globalización es sencillo, simplemente evitemos que la globalización se produzca. -Para evitar que las empresas transnacionales actúen de manera que el único objetivo sea el de aumentar el beneficio económico en un mercado liberal y sin regularizaciones, se debería crear una autoridad política que represente a la mayoría de los habitantes y que regule las acciones que se llevan a cabo en este mercado liberal, promoviendo un mercado racional y justo para todo el mundo, que promueva la igualdad social a nivel global y que promueva acciones que sean respetuosas con el medio ambiente. –

En la década de los 70, cuando se empezó a tener conciencia del abuso que los seres humanos estábamos provocando en el medio ambiente como consecuencia del desarrollo, surgió la teoría de la educación ambiental. -La educación ambiental pretende concienciar a todos los individuos de su dependencia con su entorno y que se debe sentir responsable de su uso y mantenimiento, siendo capaz de tomar decisiones en este sentido.

 La educación ambiental promueve que las personas adopten modos de vida que sean compatibles con la sostenibilidad, adquirida mediante el consumo de los recursos de los que dispone el planeta a la menor velocidad posible, de modo que estés se encuentren disponibles para sucesivas generaciones y que el impacto ambiental provocado por nuestra actividad humana y social sea el menor posible.
Debido a la creciente preocupación que surge debido al deterioro medioambiental, surge el concepto de desarrollo sostenible; concepto que quedó definido en 1987 en un informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, “Nuestro Futuro Común”,como "aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias".

-El problema de este informe es que hoy en día no podemos determinar cuales serán las necesidades de las futuras generaciones, y es difícil determinar que se puede explotar y que no, y cúal debería ser la tasa de explotación de los distintos recursos para que no se agoten, por lo que surge un vació que puede ser utilizado con efectos contradictorios a los que en principio perseguía dicho informe. -Otro problema es que dicho informe fue formulado desde la perspectiva del mundo occidental, sin tener en cuenta a los países menos desarrollados.

 Si se quiere desarrollar una política medioambiental a nivel global, debería recoger las necesidades y los distintos puntos de vista de los diferentes países, pobres o ricos. No hay que olvidar, que el desarrollo económico de los países desarrollados se ha producido en gran medida a la sobreexplotación del medio ambiente y sus recursos, por lo que no se deberían aplicar las mismas leyes ambientales a países desarrollados, que poseen el dinero y la tecnología necesarios para minimizar el impacto ambiental de sus actividades, que a países en vías de desarrollo, que seguramente no tengan capacidad de cumplirlas si son demasiado estrictas.

-Por todo ello, una de las definiciones de desarrollo sostenible o sustentable que más me ha gustado ha sido esta: “El desarrollo sustentable requiere la promoción de valores que estimulen patrones de consumo dentro de los límites de lo ecológicamente posible, y a los cuales todos los seres humanos puedan aspirar razonablemente, implica además que las sociedades satisfagan las necesidades humanas incrementando el potencial productivo y asegurando oportunidades equitativas para todos, y no debe poner en peligro los sistemas naturales que constituyen la base de la vida en la Tierra: la atmósfera, los suelos, las aguas y los seres vivos" Muñóz, Marta Rosa 2003.

 El problema del deterioro del medio ambiente asociado a la globalización y la actividad humana es muy, muy complicado y mucho más complejo que el visto en este ensayo; existen muchas variables que se deberían conocer para reducir el daño medio ambiental lo máximo posible y en muchos casos esto no es viable o no interesa desde el punto de vista económico

. Existen muchos intereses, sobre todo de las grandes empresas transnacionales, que están en contra de la aplicación de leyes medioambientales, pero su implantación es justa y necesaria, ya que sino los que perderemos seremos todos. La globalización debería ser utilizada como guía para promover el desarrollo sustentable en todos los países, y mediante la aplicación racional de tasas de explotación, intentar preservar los recursos naturales.
También debería promover la igualdad social entre todos los seres humanos, evitando las diferencias tan grandes que existen hoy en día entre las personas que tenemos el privilegio de vivir en el mundo desarrollado y las personas que viven en países subdesarrollados, creando una sociedad de todos y para todos los seres humanos sin excepción, y este es seguro, el punto más importante.


 TALLER No. 6
EN TU CUADERNO  ESCRIBA DOS CONCLUSIONES DONDE EXPONGA SU OPINION PERSONAL ACERCA DEL CAPITALISMO Y SOCIALISMO. DEBES INVESTIGAR  CUALES PAIESES EN EL MUNDO TIENEN SOCIALISMO Y ESCRIBIR ALGUNAS FORMAS DE VIDA QUE APLICAN AL SOCIALISMO Y LOS COMPARAS CON COLOMBIA NO SIN ANTES EXPLICARME QUE MODELO DE PRODUCCION TIENE COLOMBIA CON RELACION A ESTOS EXPUESTOS AQUÍ. ESTA TAREA LA VAS A LEER AL GRUPO Y VAS A DEFENDER TU POSICION


Diferencia entre Capitalismo y Socialismo
se deben definir y entender su esencia, y características principales. El capitalismo es un sistema económico en el que los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios. Quienes crean o adquieren capital permanecen como sus propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción, siendo privada la titularidad de éstos medios. El socialismo es una ideología de economía política que defiende principalmente un sistema económico y político basado en la socialización de los medios de producción, que puede ser no-estatal (propiedad comunitaria) o estatal (nacionalización), así como puede ser democrático o dictatorial. Por ello al socialismo se lo asocia a la idea de búsqueda del bien común e igualdad social. La titularidad de los medios de producción es pública y está en manos del Estado.

En la teoría, ambas ideologías aseguran el bienestar de la población en general: según el Capitalismo, el trabajador va a recibir más salario, mientras su trabajo produzca más ganancia. Ésto beneficia tanto al obrero como al capitalista, ya que el último tendrá más posibilidades de vender sus mercaderías, siendo que los obreros tendrán más poder adquisitivo. Todos ganan y enriquecen; El Socialismo critica ésta teoría proponiendo que las fábricas sean de todos. Serán administradas por el gobierno y las ganancias serán destinadas al bien general, como obras y servicios públicos. 

En una sociedad capitalista, la persona tiene la posibilidad de crecer económicamente, pudiendo poseer una empresa o fábrica, grandes cantidades de tierras cultivables, o cualquier otro medio de producción masiva. La contra es que ésta carrera por el bien material lleva a la gente a tratar a otros seres humanos como materia prima o solo un medio para conseguir ganancias. El Poder está en el Dinero. 

En el socialismo todos tienen las mismas posibilidades y todos trabajan para el bien de la comunidad, no solo para el bien propio. La contra es que ésto no siempre se cumple, y generalmente, al ser el gobierno dictatorial (según la teoría, la democracia llega al final, después de un período de organización), el gobierno llega a tener un control inmenso. El Poder está en el Estado. 

Por otro lado se debe dejar específico lo que es el concepto de socialismo y capitalismo.
Para poder entender los diferentes regimenes o acontecimientos que suceden en la economía mundial,

El desarrollo está ligado al modo de producción capitalista, en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados.
Éste asume como condiciones básicas la libertad económica y la búsqueda de la acumulación de riquezas para el bienestar, eso impulsa los avances tecnológicos que van a permitir mayor productividad y como consecuencia un excedente.

En el capitalismo la libertad económica se da bajo la premisa de la libre competencia lo que implica un esfuerzo constante de los individuos de la sociedad para introducir mejoras en sus medios de producción, que le permitan ofrecer al mercado productos de alta calidad y competitivos. Eso asegura el progreso de los miembros de la sociedad, debido a la motivación de éstos por introducir avances tecnológicos que le permitan pues, mayor productividad y competitividad.

El socialismo
 es el término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara. El socialismo suponía una reacción al extremado valor que el liberalismo concedía a los logros individuales 

CUADRO COMPARATIVO DEL SOCIALISMO Y CAPITALISMO


CUADRO COMPARATIVO PARA OBSERVAR LAS DIFERENCIAS ENTRE ESTOS DOS SISTEMAS ECONÓMICOS

SOCIALISMO
CAPITALISMO
Economía cerrada
Economía abierta
Satisface necesidades sociales o de la clase obrera
Obtener mayores ganancias económicas
Este sistema lo proporciona el estado
Las empresas generan el capital económico
No hay propiedad privada
Libre competencia
No existen tratados
Existen tratados internacionales
Se conforman con lo que le otorga el estado
Libertad de elección
Producción colectiva
El trabajo individual implica un salario

EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

POSITIVOS
NEGATIVOS
Nuevas posibilidades del aumento de la efectividad de trabajo
La creación de un mercado comercial, financiero e informativo, que influye desfavorable para los mercados locales.
Aumento de la competencia
Modifica las relaciones sociales a favor de los más poderosos y del capital, en perjuicio del trabajador.
Mejora la vida de algunos grupos sociales
Este mercado es subordinado por actividades de corporaciones transnacionales
Más amplio mercado de mercancías y servicios
Flujo incontrolado de los capitales hacia los países pobres puede crear crisis económica
Mayor oferta de los productos para comercio
Incrementa la privatización de bienes y servicios, con el argumento de mayor eficacia de gestión y aumento de rentabilidad empresarial.
Mejor acceso a los capitales, tecnologías, informaciones y los beneficios, relacionado con la escala
La política de total ocupación es aparente, porque desocupación en el mundo está creciendo hasta 30% de mano de obra
Aumento de la efectividad de exportaciones e inversiones
extranjeras
Esto es el resultado de nuevas tecnologías productivas, que no necesitan muchos trabajadores
Mejor aprovechamiento de mano de obra, recursos capitales, así como precios de competencia y mejor división de trabajo internacional.
Se profundizan las diferencias entre empleados en los sectores, que pertenecen a los transnacionales y otros, donde los sueldos son más ba

TALLER No. 7 . 
CUESTIONARIO PARA RESOLVER EN EL CUADERNO Y  PREPARARSE PARA SUSTENTAR
1-      QUE ES UN MODELO ECONONOMICO
2-      CARACTERICEUN MODELO ECONOMICO PROTECCIONISTA
3-      CARACTERICE UN MODELO  ECONOMICO GLOBALIZADO
4-      ENUMERE LAS FORMAS EN QUE UN MODELO ECONOMICO AFECTA  EL MEDIO AMBIENTE
5-      CONSULTE EJEMPLOS DE DETERIORO AMBIENTAL EN COLOMBIA CAUSADO POR LA PRODUCTIVIDAD
6-      CUANDO SE EMPIEZA A EVIDENCIARUNA  ESTRECHA RELACION Y VINCULACION DE LA PRODUCCION Y EL MEDIO AMBIENTE Y PORQUE.
7-      CUAL ES LA RESPONSABILIDAD DE LOS PAISES INDUSTRIALIZADOS CON EL MEDIO AMBIENTE
8-      CUALES SON LOS PAISES INDUSTRIALIZADOS COMPROMETIDOS EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE
9-      QUE SIGNIFICA DESARROLLO SOSTENIBLE Y SUSTENTABLE
10-    PORQUE SE PRESENTAN CONFLICTOS POLITICOS ENTRE PAISES ALREDEDOR DEL DESARROLLO Y EL MEDIO AMBIENTE CUAL ES LA POSICION DE LOS PAISES RICOS
11-    EXPLIQUE DIVERSAS ESTRATEGIAS QUE PUEDAN EVIDENCIAR DESARROLLO, CRECIMIENTO, Y SONSERVACION AMBIENTAL
12-   CUALES SON LAS CUMBRES QUE SE HAN REALIZADO EN EL MUNDO PARA FIJAR COMPROMISOS CON RELACION AL CUIDADO DEL PLANETA.
13-   HAGA UNA BREVE RESEÑA HISTORICACON RELACION A POLITICAS, ESTRATEGIAS Y PROGRAMASQUE SE HAN REALIZADO EN COLOMBIA PARA LA CONSERVACION DE LAS RIQUEZAS NATURALES  E IDENTIFIQUE EN EL ESCRITO CUALES SON ESAS RIQUEZAS NATURALES.
14-   DE ACUERDO AL DOCUMENTO ES PERTINENTE DECIR QUE COLOMBIA ES UN PAIS RICO, CUAL ES ENTONCES LAS CAUSAS DE LA PORBREZA EN COLOMBIA. EXPLIQUE CINCO CAUSAS.
 EL MEDIO AMBIENTE Y EL DESARROLLO ECONOMICO EN COLOMBIA
El medio ambiente y el desarrollo son conceptos que no se miran por separado dentro del contexto actual de la economía. Medio ambiente tiene que ver con el desarrollo económico, y este último ha afectado y afecta el medio ambiente. En Colombia, como en cualquier país, el modelo de desarrollo adoptado determina en cierta medida cómo el sector productivo se interrelaciona e influye en el medio ambiente y los recursos naturales. Así, los modelos proteccionistas y globalización de la economía colombiana han afectado y afecta, este último, a nuestros recursos naturales.
 Colombia posee un patrimonio natural envidiable; sin embargo, su aprovechamiento no ha sido el más adecuado y nos encontramos ad portas de una crisis de disponibilidad de recursos naturales. Nuestro futuro está determinado por el manejo que le estamos dando y daremos al medio ambiente; es nuestra responsabilidad el bienestar de las futuras generaciones. *
 Director del Departamento de Economía GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 80 El desarrollo de la economía como “ciencia” empezó en el siglo XVIII con la publicación del libro La riqueza de las naciones por ADAM SMITH (1776). Y aunque SMITH desarrolló su teoría económica basada en ventajas comparativas relacionadas con el aprovechamiento de la oferta natural y las características ambientales de las diversas regiones, la economía se alejó de lo natural como referente de análisis para su evolución teórica.
Así, hasta entrada la segunda mitad del siglo pasado, lo ambiental y el desarrollo eran dos problemas que se entendían y miraban por separado, en términos del desarrollo teórico económico. El economista no tenía referentes ambientales para evaluar o proponer el desarrollo. Las reflexiones sobre la relación entre ambiente y desarrollo surgieron cuando, en términos económicos, se empezó a sentir el carácter limitado de la oferta natural. Como consecuencia, se cuestionó el crecimiento sin límites, uno de los postulados principales del paradigma económico dominante1. En 1972, en Estocolmo (Suecia), se reconoció la interrelación y el conflicto entre medio ambiente y desarrollo y se concluyó que la restricción era de carácter técnico.
 Es decir, si bien ciertos recursos eran limitados y podían agotarse, para que esto no frenase el crecimiento la alternativa era tecnológica. La evolución en los arreglos tecnológicos debería aportar la solución mediante sustitución de factores productivos.
 Luego, en la reunión “La cumbre de la Tierra” de las Naciones Unidas en 1992, en Rio de Janeiro (Brasil), se reconoció que la problemática entre medio ambiente y desarrollo rebasaba lo técnico y que, por lo tanto, el deterioro del medio ambiente tiene implicaciones sociales, políticas y necesariamente económicas.
 Fenómenos planetarios como el calentamiento global, la destrucción de la capa de ozono y el agotamiento de la diversidad biológica, motivaron acuerdos a los que se suscribieron la mayor parte de los países del planeta. En esta reunión se cuestionó el modelo de desarrollo impulsado por los países de alto ingreso per cápita, pues significa un consumo de energía que si se pretende a un nivel similar para todos los habitantes del planeta amenazaría las condiciones de vida en la Tierra.
 Entender la interrelación y problemática entre desarrollo y medio ambiente implica entender el concepto de desarrollo sostenible, concepto nuevo en el contexto mundial, que surge como una necesidad de enmarcar en un concepto una nueva forma de entender y mirar el desarrollo, concepto que expresa una confrontación política.
 En 1980, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) presenta un concepto de desarrollo sostenible fundamentado en la necesidad de la conservación de lo natural, sin proponer la revisión del estilo de desarrollo  Uno de los primeros documentos en llamar la atención sobre el conflicto entre calidad del medio ambiente y el crecimiento económico fue The limits of growth de D. MEADOWS et al. (1969).
Existen claras diferencias entre países de alto consumo de energía per cápita y aquellos de bajo consumo. Disminución del consumo de energía en los países de alto ingreso per cápita significa disminución en el consumo de bienes y servicios. Incremento acelerado del consumo de energía, reproduciendo las estrategias del mundo “desarrollado” en el mundo “en vías de desarrollo”, significa destrucción ecológica global
 La confrontación política queda planteada, el medio ambiente entra en conflicto. Fundación Universidad Autónoma de Colombia DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA 81 dominante. En 1987, en el documento Nuestro futuro común de la Comisión Brundtland, se definió el desarrollo sostenible como el: “que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades.”
 Definición que es una categoría que gira en torno a la sustentabilidad del crecimiento económico.
Desde entonces el concepto de desarrollo sostenible se ha venido cuestionando y desarrollando.
En Colombia se definió el desarrollo sostenible como: “el que conduzca al crecimiento económico, a la elevación de la calidad de la vida y al bienestar social, sin agotar la base de recursos naturales renovables en que se sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias necesidades” (Ley 99 de 1993, artículo 3).
 En la actualidad, la idea que tiende a aceptarse en todo el mundo es que los problemas del medio ambiente son los problemas de desarrollo y que la meta del desarrollo sostenible debe ser la de conciliar el crecimiento económico para la población en general, presente y futura, con la renovabilidad de los recursos, proceso que implica cambios políticos, económicos, fiscales, industriales y de manejo de los recursos naturales, bióticos y energéticos.
 Hoy, partiendo de ciertos postulados comunes, se dice que si bien la sostenibilidad implica lo ecológico, lo económico y la diversidad cultural, las expresiones de desarrollo sostenible son diversas en cada lugar, tanto por las diferencias biofísicas como por las diferencias culturales. El cómo lograrlo, es decir, la estrategia a seguir debe ser definida por cada proceso social particular (GONZÁLEZ, 1997).
 Estrategias de desarrollo e impacto ambiental en Colombia En Colombia.
La estrategia de desarrollo en la segunda mitad del siglo XX y hasta la década de los noventa, se caracterizó por una política proteccionista, para favorecer el desarrollo industrial nacional.
 En general, se impulsó el modelo de sustitución de importaciones en combinación con la promoción de exportaciones
 A partir de 1990, el país se insertó en la propuesta de globalización promovida por los países de mayor desarrollo tecnológico y concentración de capital. Estos dos tipos de modelos (proteccionismo y globalización) han determinado la forma como ha evolucionado la industria, el comercio y la agricultura colombiana y su interrelación con los recursos naturales y el medio ambiente.
 Desde el punto de vista del desarrollo sostenible, la sostenibilidad económica se da cuando el manejo y gestión de los recursos naturales permite que sea atractivo continuar con el sistema económico vigente; hay sostenibilidad social cuando los costos y beneficios son distribuidos de manera adecuada entre la población actual (equidad intrageneracional) y futura (equidad intergeneracional); y hay sostenibilidad ecológica (especies, poblaciones y ecosistemas) cuando el ecosistema mantiene características que le son esenciales para la sobrevivencia en el largo plazo.
GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 82 El proteccionismo generó crecimiento basado en el abastecimiento del mercado interno, una estructura reguladora débil, monopolios y oligopolios y un patrón de consumo ambientalmente costoso.
 Bajo estas características, el proteccionismo incentivó el empleo de tecnologías obsoletas altamente contaminantes, modos de producción basados en el uso ineficiente de los recursos naturales, rezago tecnológico, baja productividad, precios por encima de los internacionales, dificultades para ampliar el mercado interno y externo, etc.
 Todo lo anterior, llevó al crecimiento acelerado de vertimiento de aguas residuales, emisiones atmosféricas y generación de residuos altamente tóxicos y, en general, a altos niveles de contaminación y uso inadecuado del medio ambiente y los recursos naturales. Todo esto articulado a una acelerada destrucción de la base natural, consecuencia del desarrollo manufacturero y de la expansión de sistemas agropecuarios inadecuados para la diversidad biofísica colombiana.
 Bajo el marco del proteccionismo, la industria colombiana, buscando abastecer al mercado interno, se desarrolló, y continúa desarrollándose, en los centros urbanos distantes de los puertos marítimos y de los grandes ríos, contrario a lo que sucede con la industria en la mayor parte del mundo. Lo anterior generó, y continúa generando, que los vertimientos de las aguas residuales se efectué en ríos y cuerpos de agua de tamaño y, por lo tanto, de escasa capacidad asimilativa.
El sector agropecuario, por otra parte, se ha expandido a través de una colonización depredadora que junto al surgimiento de los cultivos ilícitos son responsables, entre otros factores, de más del 70% de la deforestación. El crecimiento urbano descontrolado, por otro lado, se caracteriza por el crecimiento de aguas residuales no tratadas, emisiones atmosféricas, generación de residuos altamente tóxicos y, en general, altos niveles de contaminación que afectan negativamente la calidad de vida en las ciudades.
 Aunque la situación anterior ha empezado a cambiar, en Colombia los efectos ambientales del crecimiento se manejaron como externalidades que debían ser absorbidas por la sociedad. No había incentivos económicos para optar por tecnologías ambientales.
 El modelo de globalización de los noventa, junto a la reactivación de los acuerdos comerciales en la década pasada y las reformas legales e institucionales introducidas principalmente por la Constitución de 1991 y por la Ley 99 de 1993, están obligando a reducir los niveles de contaminación, lo que favorece al medio ambiente y a los recursos naturales.
 Bajo el nuevo modelo, los sectores exportadores deben reducir sus niveles de contaminación si quieren competir en el mercado internacional y con el reordenamiento institucional y el ajuste legal (Constitución de 1991 y Ley 99 de 1993) existe más control e instrumentos que están llevando a la disminución de los niveles de contaminación.
 Entre los instrumentos económicos de control de la contaminación se destacan la tasa retributiva que se encuentra implementada y la tasa por uso del agua que se encuentra en proceso de implementación. Fundación Universidad Autónoma de Colombia.
 DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA
 Mientras esto sucede a nivel interno, en los países de alto ingreso per cápita, la ciudadanía presiona para que los efectos ambientales generados por la producción manufacturera sean “internalizados” por los agentes productivos. Esto obliga a los grandes conglomerados a impulsar desarrollo tecnológico ambientalmente menos agresivo.
Estándares de calidad ambiental empiezan a ser introducidos en los acuerdos internacionales de comercio, obligando a los países de bajo desarrollo tecnológico a adquirir la tecnología producida por los grandes conglomerados.
 Los arreglos productivos considerados como ambientalmente sanos o menos agresivos se abren mercado en el mundo entero. Esto, sin embargo, no contrarresta el proceso de degradación ambiental global que estamos viviendo, como tampoco transforma la dinámica ambiental al interior del país. Por el contrario, la homogeneización de los mercados y de la cultura genera importantes efectos ambientales negativos. .
 Estado del medio ambiente y los recursos naturales en Colombia5 Es evidente la interrelación entre la economía y los recursos naturales en cualquier parte del planeta. El medio natural, como componente de la base productiva, provee a la actividad económica de bienes de consumo y recreativos. Como soporte físico de la producción, sirve de receptor de los desechos de las actividades productivas y de consumo. Y en términos biológicos, es el sustento de la vida misma. No obstante, los efectos del crecimiento económico del mundo contemporáneo hacen no sustentable ecología, social y económicamente esta relación, lo que ha llevado a que se ponga en peligro al planeta Tierra y, con ello, al mismo hombre. Colombia es uno de los países del mundo con mayor riqueza de recursos naturales.
 Posee el 10% de la flora y fauna mundiales, el 20% de las especies de aves del planeta, 1/ 3 de las especies de primates de América tropical, más de 56.000 especies de planas fanerógamas registradas y cerca de mil ríos permanentes
 No obstante, en un mundo donde los sistemas productivos tienden a la homogeneización, esa diversidad se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo productivo. Sin embargo, alcanzar un verdadero desarrollo exige convertir en ventaja esa diferencia, para lo cual son necesarios desarrollos científicos y tecnológicos propios.
Son diversos los factores que causan el deterioro ambiental, entre los que destacan: el libre acceso a la mayoría de los recursos naturales, falta de mecanismos que permitan cobrar por el daño que causan muchas actividades productivas, falta de incentivos que conduzcan al sector producto a internalizar los costos ambientales derivados de la producción y el consumo, falta de inversión estatal en tratamientos de sistemas de agua residuales domésticas o de disposición de residuos sólidos, el sector productivo actúa sin control y con tecnologías poco eficientes, pobreza y falta de educación de gran parte de la población, patrones de consumo de los grupos más ricos que se caracterizan por el uso ineficiente de los recursos naturales renovables,  La información sobre el Estado del medio ambiente que se presenta en este apartado se basa principalmente en SÁNCHEZ y URIBE (1994). GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 84.
Poca investigación en recursos renovables y en el manejo de la contaminación. Algunos factores o características internacionales que también afectan negativamente a los recursos naturales y al ambiente, son la demanda de la fauna y la flora silvestres, el consumo de drogas ilícitas que contribuye a la deforestación y la presión para la homogeneización de los mercados. Todos estos factores han llevado a que el panorama ambiental del país sea preocupante.
 Durante los últimos veinte años, en Colombia la calidad del ambiente se ha deteriorado a tasas que no tienen precedentes, lo que ha llevado a la crisis ambiental. Crisis que se caracteriza por una alta tasa de deforestación6, ocupación de áreas protegidas, alteraciones de los ecosistemas naturales reguladores del recurso (páramos y humedales), deterioro de los suelos, contaminación hídrica y contaminación atmosférica
 La calidad del aire en ciudades como Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín y Sogamoso tiene niveles de contaminantes que superan las normas existentes. El principal problema de contaminación atmosférica detectado son las emisiones de material particulado, óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno que son generados por la industria manufacturera, las quemas a cielo abierto, las explotaciones extractivas y de combustión incompleta de combustibles fósiles en los procesos de generación de energía; y, las emisiones de monóxido de carbono e hidrocarburos, que provienen principalmente del parque automotor.
 El país es rico en recursos hídricos pero se manejan de manera inadecuada. De los municipios del país, menos del 5% tratan las aguas residuales.
 Diariamente se descargan al entorno natural cera de cuatro y medio de millones de metros cúbicos de aguas residuales. El desarrollo urbano no tiene control efectivo. No existen programas eficientes de control y prevención de la contaminación, lo que ha llevado a que haya déficit de agua en el 14% del territorio nacional; se han degradado ecosistemas acuáticos como la bahía de Cartagena, se han deteriorado ríos importantes (Bogotá, Cali, Otún, de Oro, entre otros), se ha reducido la existencia de peces, y se han alterado ecosistemas importantes como la ciénaga Grande de Santa Marta, el complejo cenagoso de Zapatosa y Teca, la ciénaga de la Virgen, el lago de Tota y la laguna de Cocha y Fúneque, entre otros.
 Las principales fuentes de contaminación hídrica son los residuos domésticos, los residuos industriales, los residuos de las actividades agropecuarias, los residuos de las explotaciones mineras y lixiviadas. La carga de residuos líquidos peligrosos proviene básicamente de la mala disposición de residuos sólidos y residuos de los 6 En el país no existe consenso sobre cuál es la tasa de deforestación anual; sin embargo, se estima que la deforestación puede estar entre las 300.000 y 800.000 hectáreas al año. Se considera que se ha eliminado una tercera parte de la cobertura vegetal total nacional.
 Aunque este indicador es ambiguo por el tamaño de los municipios, se sabe que de las grandes ciudades únicamente Bucaramanga cuenta con plantas para tratar las aguas residuales. En Bogotá y Medellín se están construyendo las plantas de tratamiento de las aguas residuales y Cali cuentan con planes de construcción de plantas para igual propósito. Fundación Universidad Autónoma de Colombia DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA 85 centros de salud, de la escorrentía de contaminantes atmosféricos depositados por la precipitación y los residuos de la industria manufacturera, en particular la industria de procesamiento de petróleo, la química de las curtiembres. En el país no existe control eficiente al ruido.
 La falta de sistemas de control del ruido en las empresas ha llevado a que la primera causa de enfermedad profesional sea la hipoacusia. En los centros urbanos del país el ruido es causado por los vehículos de transporte, el comercio, la construcción, y la industria manufacturera. El límite permitido de ruido para una zona industrial es de 75 dB.
 Sin embargo, en ciudades como Barranquilla el ruido alcanza niveles de 95 dB en horas del medio día, en las zonas cercanas a las vías del centro; en Cali, el nivel promedio mensual de ruido registrado durante enero de 1994 fue de 89 dB para el 90% de los lugares considerados; en Pereira, las mediciones realizadas en 1992 en la popa, alcaldía y aeropuerto registraron un valor promedio de 92 dB durante el 70% del tiempo; en Medellín, se presenta un nivel promedio de ruido de 87 dB a las 7:30 a.m. y a las 10:30 a.m
 Para 1995, se estimaba que existían 48 millones de hectáreas de bosques en pie en el país y que se había destruido más del 30% de la cobertura forestal nativa. La tasa de deforestación es alta y la reforestación de los últimos 6 años fue apenas de 94.000 ha. Las principales causas de la deforestación, según el Ministerio de Minas y Energía (1994), fueron la expansión de la frontera agropecuaria y la colonización (73,3%), producción de madera (11,7%), consumo de leña (11%), incendios forestales (2%), y cultivos ilícitos (2%). Para conservar la riqueza naturala cielo abierto o en los cuerpos de agua. Aun en los municipios y ciudades donde se disponen los residuos sólidos en rellenos sanitarios los problemas son graves. En el país no existe ninguna ciudad con un relleno sanitario de seguridad para la disposición de los residuos sólidos peligrosos. Como parte del interés por el análisis de sustentabilidad, se ha impulsado el diseño de un sistema de cuentas ambientales. En 1992 se creó el Comité Interinstitucional de Cuentas Ambientales —CICA—, al que se le encargó definir y validar una metodología para la elaboración de las cuentas ambientales para Colombia e integrarlas al sistema de contabilidad ambiental y a los sistemas de información territorial y ambiental del país. En este marco, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística —DANE— está impulsando desde principios de 1995 un proyecto piloto orientado a implementar un sistema de contabilidad económico ambiental integrado para Colombia (COLSCEA). El COLSCEA aplica un método de formulación de cuentas satélites ambientales integradas a las cuentas nacionales.
 El objetivo central del COLSCEA es construir un instrumento que permita hacer un seguimiento detallado a las relaciones existentes entre el comportamiento de los distintos sectores de la economía y la evolución de las condiciones de existencia de los recursos naturales y de la calidad del ambiente natural que se ven afectados por el desarrollo de la actividad económica. El COLSCEA establece, también, registros de la evolución de algunos recursos naturales y de la calidad del ambiente, concibiéndolos como elementos del capital natural constitutivos del patrimonio nacional. Con los resultados de este trabajo se espera contar con una herramienta que permita, entre otras cosas, implementar una política ambiental más acorde con la situación real de nuestros recursos naturales y ambientales.
 No obstante, el COLSCEA se encuentra en sus primeras etapas de estructuración. Fundación Universidad Autónoma de Colombia DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA 87 III. La política ambiental global La concepción y visión del problema del medio ambiente en el mundo evolucionó en forma acelerada en los setenta y los ochenta, llegando a su momento culminante en la reunión de Rio en 1992. la primera reunión de carácter mundial sobre medio ambiente fue la Conferencia de las Naciones sobre el medio ambiente humano, realizada en Estocolmo en 1972. En esta conferencia se hizo énfasis en los aspectos técnicos de la contaminación provocada por la industrialización acelerada, por la explosión demográfica y por la intensificación del proceso de crecimiento urbano.
 Se considera que el mayor logro de la conferencia fue crear una conciencia mundial sobre el deterioro del medio ambiente y abrir un debate sobre sus causas y consecuencias. En dicha conferencia se promulgo la Declaración Internacional sobre el medio ambiente. Hasta la década de los setenta, el problema del deterioro del medio ambiente era visto en el mundo como un problema fundamentalmente de contaminación física al que se le deberían dar soluciones técnicas y no se relacionaba con los problemas de desarrollo.
 En 1983, la Asamblea de las Naciones Unidas constituyó la Comisión Mundial sobre medio ambiente y desarrollo con el fin de reexaminar los problemas críticos ambientales y formular recomendaciones realistas para resolverlos. Esta comisión, denominada Brundtland, efectivamente examinó los problemas ambientales y formuló recomendaciones que presentó en 1987 en el informe Nuestro futuro común, que sirvió de base para la reunión de Rio en 1992. En 1992 en Rio, Brasil, se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y el desarrollo o Cumbre de la Tierra.
 Esta conferencia marcó una diferencia significativa con la diferencia de Estocolmo y representó avances importantes en la comprensión de la relación desarrollo y medio ambiente. Se intentó definir el rumbo ambiental de la Tierra para el final del siglo pasado y el inicio del presente y elaborar una carta magna que preserve el sistema ecológico y asegure un desarrollo sostenible sin irrespetar los intereses de los distintos pueblos.
 A la conferencia de Rio asistieron representantes de 178 países, entre ellos 120 jefes de Estado, se emitió la Declaración de Rio8, la Agenda 219, la Convención sobre 8 La declaración contiene 27 principios básicos que deberán guiar la conducta de las naciones y las personas en relación al medio ambiente y el desarrollo, con el fin de asegurar la viabilidad futura y la integridad del planeta como un hogar vivible para los seres humanos y para las otras formas de vida.
 En esta agenda se traducen los principios consagrados en la Declaración de Rio, contiene 40 programas con 115 áreas de acción, que cubren los problemas críticos del medio ambiente y el desarrollo, entre los que se destacan: cooperación internacional, lucha contra la deforestación, lucha contra la pobreza, cambio de modalidades de consumo, asentamientos humanos ambientalmente viables, protección de la atmósfera, ordenamiento sostenible de la tierra, lucha contra la desertización, etc.de los beneficios que resulten de ellos en forma justa y equitativa.

GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 88 cambio climático10, la Convención sobre biodiversidad11 y la Declaración sobre bosques. Se evidenció que en algunos países la sociedad civil participa cada vez más en los procesos decisorios del ambiente y que los problemas del medio ambiente no pueden ser disociados de los problemas del desarrollo. En la conferencia de Rio se reconoció mundialmente la relación entre medio ambiente y desarrollo.

 Y que el desarrollo sostenible es un objetivo deseable, que para lograrlo se debe superar la pobreza absoluta en que vive más de la mitad de los habitantes de la tierra, modificar los modelos de desarrollo de los países industrializados y modificar los estilos de vida imperantes en los países desarrollados. IV. Política ambiental en Colombia El manejo y protección de los recursos naturales y el medio ambiente en Colombia se ha caracterizado por la evolución de la legislación ambiental y ha sido parcialmente influenciada por la política internacional en la materia. Hasta la expedición del Código de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente en 1974, los recursos naturales se manejaron de una manera puntual con un criterio patrimonial y de explotación más que de conservación y su manejo se hizo a través de la creación de organismos que se ocupaban de la explotación de un recurso determinado hasta la utilización integrada y múltiple de varios de ellos.

Antes de 1974, existían una serie de normas fragmentadas y dispersas. En 1908, por ejemplo, se estableció, mediante el decreto 1279, el Departamento de Tierras Baldías y Bosques Nacionales en el Ministerio de Obras Públicas que puso en práctica el pago de obras con bosques, una de las causas del proceso de deforestación de muchas zonas del país. En 1912, se adoptó el Código Fiscal Nacional que contenía normas sobre uso de los bosques en terrenos baldíos con fines tributarios, situación corregida con la Ley 119, que creó la Comisión Forestal en 1989. En 1957, se expidió el decreto 376 sobre pesca marítima.

 En 1959 se expidió el decreto 1975 sobre pesca en aguas dulces de uso público y se creó el INDERENA, establecimiento público adscrito al Ministerio de Agricultura encargado de la protección y manejo de los recursos naturales renovables; lo que se constituye en el primer esfuerzo del país por conformar una estructura institucional autónoma que se encargara de la protección, manejo, vigilancia, control, investigación, etc., de los recursos naturales renovables. En 1974, con la expedición del Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y Protección del Medio Ambiente, se empezó a hablar en el país de una legislación ambiental. Este código se constituyó y constituye la principal norma sustantiva en materia ambiental.

 La convención busca detener el proceso de cambio climático que experimenta el planeta por causas antropogénicas. 11 Los objetivos básicos de la convención mundial sobre biodiversidad son conservar los recursos biológicos de la tierra; asegurar que los países utilicen esos recursos en forma sostenible, y promover la utilización y goce Fundación Universidad Autónoma de Colombia

 DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA 89 En los noventa, los avances han sido significativos. En este período, se estructuró una política ambiental sistemática y rigurosa que incluyó una sólida base institucional, financiera y técnica. La Constitución de 1991, por ejemplo, estableció la función ecológica de la propiedad, señaló los deberes ambientales del Estado, los derechos ambientales de los ciudadanos, ordenó la formulación de políticas ambientales como parte del Plan Nacional de Desarrollo e introdujo la noción de desarrollo sostenible como meta para la sociedad, entre otros aspectos. La Ley 99 de 1993, estableció el Sistema Nacional Ambiental —SINA— modificó la legislación en materia de licencias ambientales, tasas retributivas, tasas por uso del agua, destinación de recursos financieros para la gestión ambiental, y sanciones por infracción de las normas ambientales.

. Entre los decretos reglamentarios de la Ley 99 de 1993, se destacan el que regula la expedición de las licencias ambientales, el que reglamenta las tasas retributivas, los que organizan los institutos de apoyo científico y técnico del ministerio, el que define la naturaleza jurídica de las corporaciones autónomas regionales y el que reglamenta aspectos concernientes con la prevención y control de la contaminación atmosférica, entre otros. Se destaca también que el 0,1% del PIB (inversión pública) debe destinarse a la protección ambiental13. En los planes de desarrollo del país, con excepción de la “Revolución pacífica” y del “Salto social”, no aparece expresada explícitamente política alguna que se ocupe de manera integral de los recursos naturales y el medio ambiente.

 Los programas de desarrollo elaborados hasta 1990, consideraron los recursos naturales desde sus perspectivas de aprovechamiento con un enfoque exclusivamente extractivo y de aprovechamiento de corto plazo. En los sesenta, las políticas de desarrollo se formularon en los llamados “planes comunes” de desarrollo de LLERAS CAMARGO, 1958-1962, y LLERAS RESTREPO, 1966- 1970, y en ninguno de éstos se hacen referencias explícitas a políticas ambientales.

 Los setenta se iniciaron con la administración PASTRANA, 1970-1974, y su plan de desarrollo “Las cuatro estrategias” no incluyó explícitamente la dimensión ambiental en su política, pero sí propuso acciones concretas en materia de saneamiento ambiental. En este último gobierno se creó, mediante decreto 1040 de 1973, el Consejo Nacional de Población y Medio Ambiente.

Además, la Ley 23 del mismo año le dio facultades al ejecutivo para dictar el Código de los Recursos Naturales Renovables en 1974. El plan “Para cerrar la brecha” de ALFONSO LÓPEZ, avanzó legislativamente y en acuerdos bilaterales pero lo ambiental lo relaciona específicamente con el ámbito construido y sólo marginalmente con lo natural.


 En el “Plan de integración nacional” de la administración TURBAY, se buscó crear condiciones para la explotación de los 12 Uno de los aspectos más importantes de la legislación es que convoca a que el SINA sea descentralizado, democrático y participativo. Condiciones necesarias para adelantar una gestión ambiental pública y privada.

 Cifra pequeña comparada con los países industrializados que destinan entre el 1,5% y el 2,7% del PIB a la gestión ambiental. GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 90 recursos naturales por parte del sector privado; sin embargo, los efectos de este plan sobre la protección tanto del ambiente natural como del construido no tuvieron una significación mayor que la de los anteriores planes de desarrollo. En el plan de desarrollo “Cambio con equidad”, de la administración BETANCUR entre 1982-1986, los temas del ambiente natural y construido estuvieron comprometidos en las políticas sectoriales de la producción con un enfoque ante todo de aprovechamiento y secundariamente de conservación. En el “Plan de economía social” de BARCO, 1986-1990, no se distingue mucho de los anteriores en lo ambiental, excepto en la política de desarrollo territorial.

 No obstante, por primera vez un documento oficial buscó integrar las políticas de desarrollo económico y social con las de desarrollo espacial, siendo el primer intento explícito de incorporar la dimensión ambiental en la planificación. En la administración GAVIRIA, 1990-1994, se introdujo por primera vez una política ambiental específica en un plan de desarrollo “La revolución pacífica”. En este período, los avances en materia ambiental fueron significativos porque se estructuró una política ambiental sistemática y rigurosa que incluyó una sólida base institucional, técnica y financiera.

 En este período, los avances estuvieron marcados, además del plan de desarrollo, básicamente por la Constitución de 1991 y la Ley 99 de 1993, como se muestra más adelante. En el plan “El salto social” de la administración SAMPER, 1994-1998, el primero que se elabora bajo la nueva Constitución colombiana, se formuló una política ambiental específica, cuyo objetivo fue avanzar gradualmente hacia el desarrollo humano sostenible. En este plan se consideró al ambiente como el factor básico del desarrollo humano y de su sostenibilidad. Sin embargo, el capítulo de desarrollo sostenible no logra permear las propuestas sectoriales contenidas en las demás partes del plan.

 Instrumentos para la gestión ambiental Los instrumentos de política para el control de la contaminación se pueden enmarcar, en forma general, en instrumentos de comando y control (CC), instrumentos económicos o de mercado (IE o IM) y la provisión directa del gobierno (PG). Los instrumentos de tipo CC establecen normas de emisión para toda fuente emisora, de manera uniforme o diferenciada, y la fuente debe cumplir con la norma. Los IC, de otra parte, buscan modificar el comportamiento de los contaminadores mediante la alteración de los incentivos, precios relativos que éstos enfrentan, sin que se requiera establecer un nivel específico de emisión para cada fuente contaminante. En los instrumentos de CC se destacan las normas de emisión (específicos a la fuente) y las normas tecnológicas (equipos, procesos, insumos, producto). En los IE se destacan los cargos o subsidios por efluente (basados en el precio), los permisos transables (basados en la cantidad), los sistemas de depósitos de rembolso, los impuestos al producto, los subsidios al producto y los subsidios a sustitutos e insumos de abatimiento. En la provisión directa del Estado (PG) se destacan la Fundación Universidad Autónoma de Colombia DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA
 Limpieza, el manejo de residuos y desechos y el desarrollo tecnológico (SÁNCHEZ, J. 1996). En Colombia, antes de la Ley 99 de 1993, los instrumentos de política de gestión ambiental no se enmarcaban dentro de una política integral para control de la contaminación o conservación del recurso y, por lo tanto, no había claridad del papel que ellos deberían asumir

 Antes de la citada ley, los instrumentos no buscaban modificar el comportamiento del contaminador o deforestador siendo utilizados principalmente como instrumentos financieros.

Las deficiencias institucionales y técnicas, las debilidades en el monitoreo y control, la falta de voluntad política y la existencia de otras fuentes económicas más importantes y de fácil recaudo debilitaron la aplicación de tales instrumentos de gestión ambiental.

 De hecho, antes de la Ley 99 de 1993, el presupuesto nacional era la más grande fuente de financiación del INDERENA y la mayoría de las corporaciones autónomas regionales (GAVIRIA). Con la constitución de 1991 y la Ley 99 de 1993, se da un cambio en la política ambiental colombiana. Los instrumentos económicos como herramientas de gestión ambiental sufre un cambio radical al buscar modificar el comportamiento de los agentes contaminadores y no ser sólo instrumentos financieros.

La parte financiera de las instituciones encargadas de la gestión ambiental no proviene ahora sólo del Estado. Los ingresos provienen también del gravamen sobre la propiedad inmueble con destino a las corporaciones; de las tasas retributivas y por uso del agua; de las transferencias del sector eléctrico a las entidades ambientales de las cuencas aportantes o en cuya jurisdicción se encuentra el embalse; de los recursos del fondo nacional de regalías; del 50% de las indemnizaciones impuestas en virtud de acciones populares, los cuales corresponderán a la corporación con jurisdicción donde se haya producido el daño ambiental. .
 Evolución de la legislación ambiental en Colombia14 En el orden jurídico nacional, los momentos que han marcado la evolución de la legislación ambiental son: la expedición del Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y Protección del Medio Ambiente o decreto ley 2811 de 1974; la promulgación de la nueva Constitución en 1991; la aprobación de la Ley 99 en 1993; la Ley 152 orgánica de planeación en 1994; y la Ley 188 en 1995.

 Sin duda alguna, estos cuatro momentos resumen la evolución de la política ambiental en Colombia en materia legislativa. El decreto ley 2811 de 1974 o Código de los Recursos Naturales Renovables y Protección del Medio Ambiente, es la principal norma sustantiva que tiene el país en el campo ambiental. Este decreto ley comprende un conjunto de normas coherentes, cohesionadas y armónicas que persiguen un fin común; la preservación 14 Esta parte del capítulo hace referencia básicamente al trabajo de PONCE (1997). GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 92 y manejo sostenible de los recursos naturales renovables del país. Este código contiene un título preliminar, 2 libros y el suplemento, conformado por los decretos que lo han reglamentado. El libro 1 (del ambiente) se subdivide en cuatro partes: definición y normas ambientales de política ambiental, asuntos ambientales de ámbito o influencias internacionales, medios de desarrollo de la política ambiental, y normas de preservación ambiental relativas a elementos ajenos a los recursos naturales (ruido, residuos sólidos, etc.).
 El libro 2 trata sobre la propiedad, uso e influencia ambiental de los recursos naturales y renovables y se subdivide en 13 partes: normas comunes, la atmósfera y el espacio aéreo, las aguas no marítimas, el mar y su fondo, los recursos energéticos primarios, los recursos geotérmicos, la tierra y los suelos, la flora terrestre, la fauna terrestre, los recursos hidrobiológicos, la protección sanitaria de la fauna y la flora, los recursos del paisaje y su protección, y los modos de manejo de los recursos naturales renovables
 Los decretos del suplemento se relacionan con la reglamentación del uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables. Con la Constitución de 1991, el tema ambiental alcanza su máxima jerarquía jurídica. En ésta se consagraron aproximadamente 50 disposiciones que se relacionan directa o indirectamente con el tema ambiental.
 Lo más sobresaliente de la Constitución de 1991, respecto al tema ambiental, es que señala deberes ambientales del Estado y los particulares; el Estado debe proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para lograr estos fines (art. 79), el Estado debe prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones y exigir la reparación de los daños causados (art. 80); es deber de las autoridades garantizar la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectar al ambiente sano (art. 79); es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular (art. 82); es deber del Estado regular el ingreso y salida del país de los recursos genéticos y su utilización de acuerdo al interés nacional (art. 81) y cooperar con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en zonas fronterizas (art. 80); son deberes de la persona y el ciudadano proteger los recursos naturales y culturales del país y velar por la conservación del ambiente sano (art. 95 #8)
 La Constitución de 1991 integró la dimensión ambiental a los planes y políticas de desarrollo a través del artículo 339. en este artículo se dice que habrá un plan general de desarrollo conformado por una parte general y un plan de inversiones de las entidades públicas del orden nacional. En la parte general se señalarán los propósitos y objetivos nacionales de largo plazo, las metas y prioridades de la acción estatal a mediano plazo y las estrategias y orientaciones generales de la política económica, social y ambiental que serán adoptadas por el gobierno.
 Este artículo se relaciona con el 340 que conforma un Consejo Nacional de Planeación de carácter consultivo, que servirá de foro para la discusión del “Plan nacional de desarrollo” y estará integrado por representantes de las entidades territoriales y por los sectores económicos, sociales, ecológicos, comunitarios y culturales. Fundación Universidad Autónoma de Colombia.
 DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA  A través de los artículos 339 y 340 se elevó la política ambiental al mismo nivel conferido a la política económica y social, obligando a que se señalen objetivos, estrategias, programas y metas ambientales que deben ser adoptadas por el gobierno nacional, con lo que se garantiza una planeación integral, que considera los aspectos económicos, sociales y ambientales, al tiempo que reconoce al sector ambiental un espacio como interlocutor en la discusión del plan nacional de desarrollo.

Según PONCE (1997), al involucrar el aspecto ambiental como parte fundamental del plan nacional de desarrollo, la Constitución brindó la herramienta teórica más propicia para plasmar el concepto de desarrollo sostenible como referente para el desarrollo del país. En la Constitución se reconoce expresamente el concepto de desarrollo sostenible en el artículo 80: “El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución...”. Con esta disposición la Carta incorporó el concepto de desarrollo sostenible como una finalidad del Estado y como una meta social (PONCE, 1997). Otras disposiciones constitucionales sobresalientes en materia ambiental son: el otorgamiento de competencias ambientales a las entidades territoriales; la manifestación de que a la función social de la propiedad le es inherente una función ecológica: la definición de importantes fuentes de financiación para la gestión ambiental (se destacan la parte de los recursos del fondo nacional de regalías y el porcentaje de los recaudos por concepto del impuesto predial).

 Se destaca, también, la posibilidad de que el presidente de la República decrete el estado de emergencia ecológica como uno de los estados de excepción; la prohibición de fabricación, importación, posesión, y uso de armas químicas, biológicas y nucleares y la introducción al país de residuos nucleares y residuos tóxicos; la inclusión de la valoración de costos ambientales como principio del control fiscal; entre otras disposiciones. La Ley 99 de 1993 creó el Ministerio del Medio Ambiente. Este Ministerio debe formular la política nacional ambiental y es el ente rector de la gestión ambiental de país, encargado de definir las políticas y regulaciones a las que se debe sujetar la recuperación, conservación, protección, ordenamiento, manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables. Organizó el sistema nacional ambiental —SINA—, conformado por el conjunto de orientaciones, normas, actividades, recursos, programas e instituciones que permiten la ejecución de los principios generales ambientales contenidos en la ley y le imprimió a éste el carácter de descentralizado democrático y participativo.
 El Ministerio del Medio Ambiente coordina al SINA y para todos los efectos se sigue el siguiente orden jerárquico: Ministerio del Medio Ambiente, corporaciones autónomas regionales, departamentos, distritos o municipios. La ley determina las funciones que competen a cada una de estas instancias administrativas. GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 94 La Ley 99 de 1993 creó, también, 5 institutos de investigación como apoyo científico y técnico del ministerio, los departamentos administrativos de gestión ambiental (para los municipios con más de 1´000.000 de habitantes) y asignó nuevos recursos para apoyar la gestión ambiental. Creó, también, 16 nuevas corporaciones autónomas regionales y reestructuró las 18 existentes, para un total de 34 corporaciones. A todas las corporaciones se les redefinió la naturaleza jurídica se les especializó exclusivamente en el ejercicio de competencias ambientales.

. Otro aspecto jurídico sobresaliente de la Ley 99, fue la reforma al Código de los Recursos Naturales Renovables en aspectos como las licencias ambientales, tasas retributivas y tasas por uso del agua. Con la Ley 99 de 1993 se busca involucrar a la sociedad civil en general y al sector privado en la solución de los problemas ambientales.

 En este sentido, se creó el Consejo Nacional Ambiental18 y el Consejo Técnico Asesor de Política y Normatividad Ambiental19, que son un espacio legal importante e idóneo para que la sociedad civil participe en la reglamentación de las disposiciones ambientales (PONCE, 1997). Con las leyes 52 de 1994 y 188 de 1995, aunque no pertenecen a la órbita del derecho ambiental, aportan y constituyen un impulso a la legislación ambiental en Colombia. La Ley 152 de 1994, establece los principios generales que rigen las actuaciones de las autoridades nacionales, regionales y territoriales en materia de planeación.

 Entre estos principios sobresale el de sustentabilidad ambiental, que plantea la necesidad de armonizar el desarrollo socioeconómico con el medio natural, para que los planes desarrollo deben considerar criterios que permitan estimar los costos y beneficios ambientales, con miras a definir acciones que garanticen una adecuada oferta ambiental.

No obstante los avances que se han expuesto en la legislación ambiental en Colombia, es necesario desarrollar otras disposiciones e iniciar la aplicación de toda la legislación ambiental disponible si queremos acercarnos a los principios del desarrollo sostenible. En dicha aplicación es indispensable el concurso de los  Las corporaciones que existían con anterioridad a la Ley 99 de 1993 cumplían, también, funciones de desarrollo.
 Se les da cabida a los indígenas, los negros, las ONG y los productores en los consejos de las corporaciones autónomas regionales. 18 En este consejo participan un representante de las comunidades indígenas, un representante de las comunidades negras, un representante de cada uno de los siguientes gremios: agrícola, industrial, minero, exportador y forestal, un representante de las organizaciones no gubernamentales, y un representante de la universidad. Entre sus funciones se encuentra recomendar medidas que permitan armonizar la protección de los recursos naturales con la ejecución de proyectos de desarrollo económico y social; y dar también recomendaciones para coordinar las actividades de los sectores productivos con las entidades del SINA, entre otras. 19 Está conformado por dos representantes de las universidades y un representante de cada uno de los siguientes gremios: agrícola, industrial y de minas o hidrocarburos. Su función es asesorar al ministro del Medio Ambiente sobre la viabilidad ambiental de proyectos de interés nacional y sobre la formulación de políticas y expedición de normas ambientales. 20 Como por ejemplo, la regulación de la función social de la propiedad, la zonificación ambiental, las disposiciones sobre el suelo, entre otras.
 Fundación Universidad Autónoma de Colombia DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE: UNA MIRADA A COLOMBIA  diversos sectores de la sociedad civil proponiendo soluciones a problemas ambientales, ejecutándolas y fiscalizando su cumplimiento. .
 Implicaciones de la política ambiental sobre el desarrollo La aplicación de una política ambiental que obligue y/o incentive a los productores a internalizar los costos ambientales tiene efectos sociales positivos pero desestimula a las empresas que más contaminan al incrementar sus costos.

De hecho, empresas que arrojen una rentabilidad negativa cuando incluya en sus costos los efectos ambientales negativos que generan podrían desaparecer. La alternativa de tales empresas será reestructurar su sistema productivo con procesos tecnológicos más limpios y eficientes si quieren competir y permanecer en el mercado. La implementación de una política ambiental causa, entonces, impactos sobre algunas de las variables que determina el desarrollo económico y, por lo tanto, sobre el desarrollo económico mismo. De esta forma, aunque difícil, es importante determinar el efecto final de una política de esta naturaleza sobre el desarrollo. A manera de ejemplo, se presentan enseguida los resultados del trabajo de RAMÍREZ (1996), que busca, a través de un modelo de equilibrio general, estimar el impacto probable de la aplicación de tasas retributivas por contaminación hídrica sobre las principales variables macroeconómicas, sobre los impuestos pagados por los sectores industriales, y sobre los precios y la producción.

Hay que resaltar, sin embargo, que existen otras medidas de política ambiental que también tienen efecto sobre las variables aquí analizadas. Además, el modelo no cuantifica los efectos ambientales positivos21. En el cuadro 1, se presentan los efectos sobre las principales variables macroeconómicas de la fijación de una tasa por contaminación hídrica.

Se encuentra que el efecto sobre el crecimiento es negativo (debido a que no se consideran los impactos positivos de la tasa) pero bajo, 0,017%, sí hay inversión compensatoria. La caída del PIB podría ser más baja, puesto que una parte de las empresas preferiría controlar las emisiones en lugar de pagar las tasas, lo que llevaría a que el impacto sobre sus costos fuera menor y menor también la desaceleración de su actividad económica.

Además, no se está considerando los efectos positivos. El impacto sobre la inflación, por otro lado, es 0,019% en el caso del control del 90% de la contaminación. En el cuadro 2 se muestra el incremento en los impuestos pagados por cada uno de los sectores industriales si se implementaran las tasas retributivas por contaminación hídrica a las emisiones de demanda bioquímica de oxígeno (DBO), demanda química de oxígeno (DQO) y sólidos suspendidos totales (SST), para niveles de control de 30%, 60% y 90%. Se encuentra que, con excepción de papel e imprenta, a tasas correspondientes a un nivel de control del 30% el incremento de los impuestos 21 Los efectos ambientales positivos están relacionados con los costos evitados, la disminución del daño ambiental, la productividad, etc. GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ Economía y Desarrollo - Marzo 2002, vol. 1, N° 1 96 pagados sería inferior al 1% para todos los sectores. Aun para niveles de control del 60% el incremento en los impuestos sería inferior al 1% para sectores como bebidas, textiles y cueros, maderas y muebles, minerales no metálicos y metales no elaborados.

 La conclusión es que el incremento en los impuestos para controlar la contaminación hídrica con tasas retributivas es muy bajo para los niveles de control del problema del 60% y aun del 90%. Cuadro 1 Tasas por contaminación hídrica: efectos macroeconómicos (cambios porcentuales)30% 60% 90% 90%  control inversión comp. PIB -0,003 -0,007 -0,040 -0,017 Consumo -0,005 -0,011 -0,067 -0,046 Exportaciones 0,000 -0,002 -0,010 -0,014 Importaciones -0,002 -0,005 -0,029 -0,005 DEFPIB 0,001 0,003 0,016 0,021 IPC 0,002 0,003 0,019 0,025 Ahorro externo 0,000 -0,001 -0,005 -0,002 Superávit fiscal 0,001 0,002 0,013 0,005 Ahorro privado 0,000 -0,001 -0,004 -0,003 Inversión 0,000 0,001 0,004 0,000 Empleo urbano -0,003 -0,006 -0,039 0,016 Cuadro 2 Tasas por contaminación hídrica: incremento en los impuestos pagados23 Sector Grado de control 30% 60% 90% Otros agropecuarios 0,59 1,24 7,30 Carnes 0,93 1,94 11,35 Bebidas 0,10 0,20 1,15 Textiles y cueros 0,31 0,65 3,79 Maderas y muebles 0,32 0,67 3,92 Papel e imprentas 1,45 3,03 17,79 Químicos 0,65 1,35 7,92 Minerales no metálicos 0,17 0,32 1,76 Metal, no elaborado 0,06 0,13 0,76 22 Fuente: RAMÍREZ, J.M. (1996), en Planeación y Desarrollo, vol. XXVII, nº 2. 23 Fuente: RAMÍREZ, J.M. (1996), en Planeación y Desarrollo, vol. XXVII, nº 2. Fundación Universidad Autónoma de Colombia. Se encuentra que los efectos son muy leves aun para niveles de control del 90% de la contaminación.
 La conclusión, con base en los resultados encontrados, es que es conveniente, desde el punto de vista económico, la implementación de una política ambiental como las tasas por contaminación hídrica. La implementación de una política ambiental efectiva y eficiente causa impactos que pueden redireccionar el desarrollo económico y llegar a modificar el estilo de desarrollo global.

NOTA QUE TAL MIS HIJOS QUERIDOS HAN REZADO  MUCHO.... ESPERO QUE TENGAN LA MENTE MUY DESPEJADA....PARA QUE LEAN Y ESCRIBAN.... POR QUE  EL DESOCUPE CAUSA  MUCHO PERO MUCHO DAÑO Y ESO NO QUIERO PARA USTEDES.... ESTUDIEN MUCHO.. CREO QUE YA FUE SUFICIENTE DESCANSO.....CHAOOOO......